viernes, 9 de diciembre de 2016

“Es que súper yo…”

Se puede decir que es una continuación de la entrada anterior (http://ritacastrov.blogspot.com/2016/11/oh-hermosas-redes.html)… juzgar es lo más sencillo que hay, es fácil hablar cuando la bronca no es mía o cuando ya pasó y siempre sale a relucir el “yo conozco, yo hice, debieron”.

El tema de Gabriel Badilla: ese domingo 20 de noviembre fue el presagio de la semana tan extraña que nos esperaba, la noticia de por sí fue impactante, el vídeo que subió a redes sociales Fabiola Herra desencadenó un circo romano y una cruzada sinceramente patética.

Leer comentarios de “nada les cuesta aplazar el entierro, el cuerpo sí se puede preparar, eso es fácil porque se inyecta no sé qué, yo he ido a funerales donde el muerto tiene varios días, cuando mi familiar murió”, etc, etc, etc, todos impartiendo cátedra, todos expertos forenses, patólogos, todos pidiendo tiempo, todos opinando.

Mismo caso con el botón de Safe que habilitó Facebook: polada, ridículos, payasos, bañazos, “mi hermano estaba en medio huracán allá en niu jersy y usó el celular, mi tinieblo mandó mensaje por clave Morse después del tsunami, el otro usó WhatsApp, deberían utilizar otra forma, sí qué son vagos usando face”, etc.

Todos tenemos una opinión, aunque en ocasiones ni se sabe lo que se habla, todos pasamos una experiencia, pero, ¿por qué mi experiencia tiene que ser la tuya?, es más, ¿por qué mi palabra tiene que ser la ley y la verdad absoluta?

Si usted asistió a un funeral con cara de nueve días o misa del mes, ¡felicidades!, si usted afrontó una situación en donde ya tenían contemplado hacer eso en caso que un familiar cercano falleciera para dar tiempo a quienes viven en el extranjero, bien, pero aquí hablamos de un hombre de 34 años que murió de un infarto fulminante, que estaba sano, que podía hacer ejercicio.

Si uno común y corriente dura sus días asimilando la noticia del deceso de un familiar, imagínese ahora a los papás y hermanos de Badilla que lidiaron con el impacto, cámaras, periodistas, afición, “figuras públicas” y metiches.

Todos reaccionamos diferente, actuamos distintos, nos bloqueamos o sacamos coraje no se sabe de dónde, su actuar es y será diferente al mío, mi actuar en la misma situación no será igual al de la vecina del frente.

Opinar detrás de una pantalla es sencillo, decirle a la gente (en especial a la que no se conoce) qué hacer es la cosa más fácil y aunque uno diga “yo estuve en su lugar” nunca será lo mismo, repito, mi dolor y mi accionar es solo mío y nada más que mío.

¿Qué uno puede aconsejar?, sí, pero no imponer; hablar en redes está de moda, tristemente le dieron espacio a los idiotas, tal y como el gran Umberto Eco lo dijo tan acertadamente en una entrevista, por lo que a veces es mejor calladito más bonito.


PD: ¿se acuerdan de los temblores de la semana pasada cuyo epicentro fue en Cartago?, pues como medios internacionales anunciaban casi un terremoto, un familiar que vive en el extranjero nos llamó preocupados para saber si estábamos bien, su respuesta fue “como esta vez no vi el Safe en Facebook me alarmé”, ¿polada o ayuda?, juzgue usted.

domingo, 27 de noviembre de 2016

¡Oh hermosas redes!




Este es fue el único título decente que se me ocurrió y léase en tono sarcástico por favor, una amiga muy querida me dijo “yo no tengo Facebook, me vuelve loca”, me llamó la atención su comentario, es una persona joven y no cayó en esa moda, bien por ella, hay personas que no les gustan las redes sociales y está en su derecho.

Esta semana fue particularmente movida, primero el domingo con la muerte repentina de Gabriel Badilla: las palabras de propios y extraños, los pésames, los que estaban cansados de tanta habladera de la muerte de alguien que ni conocían, del tema del vídeo de Fabiola Herra, el circo tan terrible que se suscitó después de eso, las críticas de miles de extraños hacia la familia, una familia que tuvo que correr para darle sepultura a un ser querido y no entendía qué pasó o qué estaba pasando.

Luego un medio electrónico posteó una imagen de los terribles insultos hacia la pareja de Badilla, ¡Dios!, mis ojos no daban crédito a la cantidad de atrocidades que la gente le escribió, ojo que no la conozco,  la culpaban de una decisión que, disculpen, pero SOLO a la familia, es decir mamá, papá y hermanos le compete, no a la afición, no a los metiches, no a usted, no a mí.

Después #Otto, la mayoría aplaudía al gobierno, a su accionar, las medidas preventivas, hacía un llamado a la calma, a no escuchar los rumores que acéfalos esparcían en las redes y WhatsApp, creo que los #LuisGuihaters estaban tristes porque el Presi no se tomó selfies y se quedaron sin argumentos para criticarlo.

En medio de la emergencia, un contacto mío expresó en su muro su molestia por comentarios hirientes que algunos “lectores” hicieron ante la noticia que Ariel Ary, atleta de Olimpiadas Especiales, necesita recolectar $10 mil para asistir a los juegos de Austria 2017, donde por cierto fue elegido por la organización.

Otro té de tilo: lo trataron de payaso, chiquito de mami, mongolito, pedante, caprichoso, que no ocupa la plata porque es millonario, que sus papis le financien el viajecito, que hay necesidades reales y mi favoritas donde maldecían su religión. 

Imagino que todos los críticos son deportistas élites, tienen sus casas llenas de medallas, su cuenta bancaria sostiene a la entidad y seguro cuando aquella tica salió concursando en el latin karaoke aidol no dieron ni un cinco ni mandaron mensajitos “apoyando” al “orgullo nacional” del cual ya nadie se acuerda ni ha hecho nada por el país.

Volvamos a #Otto, como en otras emergencias Facebook habilita la opción de decir que el usuario está bien, ¡otra criticadera!, “polos, ridículos, bañazos”, etc, hasta un meme sacaron, usar esa opción puede ser polo, aunque la verdad no sé qué es más bañazo: si avisar que estoy bien porque mi país está en la mira de un huracán que cuando le da la gana cambia su trayectoria o publicar que me comí una hamburguesa, las birras que me tragué, cómo me quedó el manicure (algunos parecen maquetas de carroza del festival de la luz), la foto de piquito con el tinieblo, foto frente al espejo de cuerpo entero luciendo la última colección de american chuicas, en el bus rumbo a donde sea, el gane del equipo de mejenga del barrio, lo “cul” que me veo en el gimnasio, la medalla que gané en la carrera de la leche y las galletas, etc, etc, etc.

Después el enojo porque nada pasó, solo payasadas, solo simulacro, a ver mis reyes, Costa Rica no es el Valle Central, son 51.100 kilómetros cuadrados, la Zona Norte está INUNDADA, hay confirmados hasta el momento en que está entrada se publicó diez muertos, pueblos destruidos, pérdidas en cosechas, o sea, no fue un simulacro ni excusas para dar vacaciones.

Sí, este es un país libre, sí hay derecho de expresión, sí es su muro, es su opinión, es su parecer, es su sentir, pero, ¿por qué ser a veces tan mezquinos?, y no solo eso, muy valiente para escribir, pero ¿lo puedo decir de frente, de forma racional y sostener mis argumentos?, eso sería bueno verlo y escucharlo.



sábado, 29 de octubre de 2016

Se busca novio, sin compromisos por favor: una historia de miedo

“Yo quiero un novio, requisito indispensable que no tenga ni novia ni esposa”, la frase se la escuché a una conocida en una fiesta, pensé que era una broma, hasta que de nuevo se la oí, obvio pregunté y amablemente me contó su historia la cual voy a compartir, pero me reservo su nombre:

Mi vida sentimental ha sido una cosa terrible, novios de turno, uno ahí más o menos, pero ya llevo dos estrellas seguidas, dos maes muy simpáticos, guapos, amables y con novia, sí, los chavalos ya tenían una relación cuando comenzaron conmigo.

Con uno la cosa era informal, salíamos y algo más, siempre atento, una vez se desapareció, dejó de llamarme, yo me puse a vinear el Facebook (para qué negarlo) y me topo con fotos de él y la novia, yo impactada, parecía que tenían rato y como que se habían enojado.

Luego aparece por ahí otro, misma historia, el mae echándome el cuento, diciendo lo linda y guapa que soy, aparece en Facebook con una chavala, todavía le doy la oportunidad de decirme que tiene o está en planes de noviazgo, pero solo estaba interesado en si yo usaba enaguitas cortas y ropita interior bonita, bloqueado de un solo.

Mirá y así como con dos más: rendidos a mis pies pero con freno de mano.

Hace poco conocí a un chavalo divorciado, ok, salimos, llegaba a mi casa, compartía con mi familia, hablamos de poner un negocio juntos, otra vez desaparece y luego veo su foto de perfil del whatsapp acurrucado con una dama.

Mae, en serio, como que tengo un imán para hombres con compromiso, si yo te dijera que ando de metiche, metida en bares en espera que alguien me invite un trago o tengo algún perfil en esas páginas de citas menos mal, pero no, y no me interesa romper hogares, ser la otra, o sea no.

A veces pienso si alguna vez encontraré a ese compañero de vida, si estoy destinada a tener una pareja, por qué otros sí conocen a seres maravillosos y yo solo patanes.

Por eso quiero un hombre literalmente sin compromisos, no pido ser su universo ni nada de eso, solo que no me agarren de mona.

Pero hay otra cosa que no entiendo y la cascarudés de esos y de otros, es decir, tenés que estar muy enfermo de la cabeza y el alma para tener una pareja, sea novia o esposa y andar por ahí conquistando chavalas, hasta pedirles que sean su novia, y me imagino que si ella se da cuenta la que queda por el piso es una, fijo una es la metiche que lo sedujo y a la que no le importó que tuviera compromiso.

Una vez una amiga me dijo que si ella llega a tener una relación con algún mae lo manda a investigar primero, parece que la hermana pasó una situación similar, yo pensaba que era demasiado exagerada y paranoica, pero después de todo lo que me ha pasado y lo que he visto con otras amigas, no está tan descabellada la idea.

Te lo juro, ya da miedo salir con alguien, muy fea mi historia, ¿verdad?





domingo, 16 de octubre de 2016

Un futuro de terror

Yo no soy mamá ni tengo intenciones de serlo, mi instinto materno está junto al Titanic, no me siento capacitada para educar un ser humano, hago esta aclaración antes que alguien me linche y me diga que hablo sin saber.

En mi timeline veo como padres orgullosos de sus hijos postean fotos: actos cívicos, partidos, ferias científicas, sesiones de fotos por el mes de nacido, de un añito o simplemente le tomaron una.

Estoy rodeada de increíbles padres que le inculcan a sus hijos valores, que les enseñan a decir “buenos días” o “gracias”, que se afanan por darle lo mejor de lo mejor, un día iba a en el bus y un chiquito de unos 5 años le dijo al chofer “muchas gracias señor, que Dios lo bendiga” y pienso qué bien educatido lo tienen.

En la universidad tengo compañeros recién salidos del colegio que no saben escribir, les cuesta la tabla del cero y los modales, mejor me muerdo la lengua, dan ganas de llorar, y esos son los que sostendrán nuestro país.

Si eso me asusta, ver en las noticias a colegiales agrediendo a otro y luego amenazando de muerte a vecinos es espeluznante, ¿dónde están los papás, qué clase de ejemplo están viendo en sus casas?, ¿qué grado de violencia  ven estos muchachos para replicarlo?, ¿ese adolescente que amenazó de muerte a alguien será capaz de seguir una orden?, Dios, no me lo quiero imaginar en una presa, en un banco y que el cajero le diga “no hay sistema”, ahí mismo lo golpea.

Ver en los medios que un niño de 9 años agrede a otro por su peso al punto de empujarlo, escolares que queman animales, o que en media pelea le arrancan la oreja a otro, al mejor estilo de Las Vegas.

Sin embargo, los jóvenes solo emulan lo que ven, lo que oyen, lo que leen en las redes sociales, porque basta recordar el repertorio de insultos xenofóbicos que se suscitaron por el tema del Himno Nacional de Nicaragua, que por cierto sigo esperando la invasión, los comentarios atroces por el suicidio de la hija del dueño del Mall San Pedro, por la implementación de la FIV, por el quehacer diario de los diputados, por el tema de Eduardo Li.

Sí, como sociedad enseñamos intolerancia, basta con ir al estadio para escuchar las agresiones verbales hacia equipo contrario y del árbitro; demostramos que las cosas se resuelven a golpes porque la ley no hace nada, que quien tiene un poco más de dinero que yo es un corrupto que merece la muerte porque me oprime y hay que eliminar quien es diferente a mí.

¿De qué valen las fiestas de cumpleaños por todo lo alto, las sesiones de fotos de recién nacido o del añito, el mejor celular, la escuela privada, la de deportes, comprarse un carro para llevarlo y traerlo para librarlo de un asalto, o pagarle un taxi o un Uber porque me da pánico que se monte en bus?

Como sociedad se está criando “princesos” no solo incapaces de defenderse, sino de respetar, nos preocupamos por el medio ambiente, los océanos, la sostenibilidad, pero, dejamos de lado los valores.

Si no se corrigen estas conductas, empezando por los adultos, no espera un futuro de terror y no, no soy madre, pero temo por aquellos que apenas comienzan su camino en este mundo.



sábado, 24 de septiembre de 2016

Del Himno de Nicaragua y el mes ¿patriótico?


El tema de la semana, no hay duda, generó reacciones a diestra y siniestra, y demostró que la sociedad tica sigue enferma de xenofobia.

Usted tiene todo su derecho de no apoyar la medida, yo sí lo hago, me parece un acierto por parte de la Dirección Regional de San José Oeste del Ministerio de Educación Pública (MEP), pero antes de que me mande a la porra, vamos por partes:

  • La medida no vino del despacho de Sonia Marta Mora, jerarca del MEP, sino del director regional de la parte oeste de San José.
  • Se hace la recomendación para cinco escuelas del Área Metropolitana cuya mayoría de población estudiantil se compone de hijos de padres nicaragüenses.
  • No es de acatamiento obligatorio.

Sin embargo, el batallón de patriotas, orgullosos costarricenses salió con antorchas, machetes y faltas de ortografía a teñir sus perfiles de redes sociales con comentarios llenos de odio, donde siguen haciendo gala de la discriminación hacia los vecinos del norte, que no son los de Estados Unidos.

Que en cinco escuelas públicas de la región oeste de San José se cante un himno extranjero no nos hace ni más ni menos ticos, ausentarse de las urnas sí, tirar basura a la calle sí, evadir impuestos sí.

Le estamos enseñando a los más pequeños a odiar, a atacar al que me cae mal, hace unos meses fui al estadio y se me pararon los pelos de escuchar a los adultos gritando improperios a los jugadores del equipo rival, alentando a los menores de edad que los acompañaban a hacer lo mismo, “¡ese es mi hijo!”, expresó un doncito por ahí aplaudiendo orgulloso cuando su retoñito expresó “¡nica regalado!”. Y luego se rasgan las vestiduras porque los güilas se agarran de las mechas afuera del centro educativo y tras de eso aparecen en YouTube.

Si usted no está de acuerdo que en  cinco escuelas públicas de la región oeste de San José se cante el Himno Nacional de Nicaragua, está en su derecho, si piensa que  Mora (que no tiene vela en el entierro) metió la pata, no está en lo correcto, pero fijo no leyó la noticia bien.

Si usted piensa que el deber del MEP es inculcar valores patrios o amor a la Patria, error, eso se aprende en la casa, querer al país, ser un buen ciudadano, cumplir con las tareas es OBLIGACIÓN de la familia, no del docente.

Así como los llevan al estadio, les encaraman la camiseta de la Sele, gastan dinero en sesiones de fotos y fiesticas de cumpleaños, así mismitico DEBEN sembrar en sus hijos no solo el amor hacia Costa Rica, también hacia sus hermanos extranjeros, sea la nacionalidad que sea.

Si usted considera que entonar un himno foráneo compromete nuestra soberanía, entonces no aplique en las transnacionales, no vaya a conciertos ni al cine a ver producciones de otros países, tampoco acuda en masa a las excursiones que se organizan para viajar al extranjero con motivo del “black fraidei”, ni mucho menos en el karaoke pida “La Penca”, “Querida” o “La ley del monte”.

Argumentar que hacer eso es rendirle pleitesía a Daniel Ortega, que recordemos todos los pleitos por el San Juan, se equivoca, que sus gobernantes sean unos tiranos no es culpa de quienes están aquí.

Y si usted ama tanto a este pedacito de cielo, a la Suiza Centroamericana, pues acuda a las urnas, pague sus impuestos, no ensucie las calles, use los puentes peatonales y el cinturón, no le serruche el piso al que sí logró el ascenso que usted no, deje de tratar de corruptos a los políticos solo porque sí, recicle y si puede, repase la historia costarricense, digo, porque más de uno ni idea de cultura general.


¡Vivan siempre el trabajo y la paz!

sábado, 10 de septiembre de 2016

Educando princesos

Estaba un día conversando con una señora y una conocida, Ana, la señora nos contaba que ella todos los días lleva a la universidad a su hijita de 19 añitos, la chica no tiene ningún impedimento físico ni mental, simplemente ella la traslada en carro porque le da miedo que viaje en bus y la asalten.

“¿Y por qué no aprende a manejar?”, pregunté, “¡qué, cómo se le ocurre!, ella es mi bebé, ¡uy, cómo se nota que usted no es mamá!”, me gritó, se dirige a  Ana y le dice “usted sí me entiende”, y ella contesta “claro, pero usted está convirtiendo a su hija en una princesa y tras de eso, inútil”.

Ahí comenzó entre ambas una discusión, la mamá gallina se retiró ofuscada e indignada y Ana me narró su historia y me dio permiso de contarla:

“Mi familia tenía una buena posición económica, papi un buen puesto, mi mamá hacía repostería pero creo que era más por hobbie que por contribuir económicamente en la casa, mi hermano y yo todos los lujos, Toña nos ayudaba en la casa.

Los princesos, o sea mi hermano y yo, solo en carro andábamos, mami nos llevaba y traía, si los chiquitos querían algo lo teníamos al momento, si los chiquitos tenían pereza de hacer un trabajo extra clase, mamita lo hacía, mamita estudiaba con nosotros, mamita nos alistaba el bulto, viajes todos los años a Disney, ¡qué vacilón!, solo ahí íbamos.

Nos cayó la crisis económica, mi papá perdió el trabajo y parte de sus ahorros, nos tuvimos que socar la faja, reducir gastos, Toña se quedó con nosotros más por lealtad y cariño que por salario, adiós carro, adiós lujos, adiós viajes y chao ballet, natación, colegio privado y ropa de marca.

Como Dios es tan grande papi consiguió trabajo fuera de San José, pero no con el mismo salario, así que se tuvo que ir a vivir a Puntarenas, mami salió a trabajar también y Toña llegaba dos días porque igual salió a buscar brete, el par de princesos tuvimos que aprender a ser normales.

¡Vieras lo qué fue eso!, nunca habíamos lavado ni cocinado, menos barrer la casa, manchamos el piso, la ropa, casi quemamos la plancha, la comida no tenía nombre, nos pasaron a un colegio público y papitos, agarren bus.

Nos daban los pases por semana, yo no sabía cómo administrar la plata, no tenía idea de las presas, de que otras personas agarraban el bus también, de nada, ¡vieras qué congojas!, no me daba la cabeza para tener el pasaje en la mano, se me olvidaba tocar el timbre porque según yo el chofer se tenía que acordar que yo iba para ese colegio, una vez tratando de bajarme sin querer golpee a una señora y me dijo hasta de lo que me iba a morir.

Te lo juro, mi hermano y yo llorábamos porque estábamos acostumbrados a andar en carro, culo de gas como dicen, si no nos llevaba mami nos llevaba el papá o la mamá de alguien más, aquí no, teníamos que jugárnosla solos.

Al estar mi mamá fuera de la casa tuvimos que aprender a alistar nuestras cosas, raro para dos boluditos ¿verdad?, ya ella no podía hacer los trabajos, revisar tareas ni nada, mi hermano más de una vez llegó con el uniforme o tareas incompletas, se le olvidaban las cosas de Educación Física.

Toña, Dios bendiga a Toña, hacía todo lo posible por llegar más días pero no podía, terminamos en el mismo colegio que el sobrino de ella y lo tenía advertido, nada de molestarnos y lo que Toña decía se hacía.

Después de un año logramos acomodarnos, aprendimos a dominar el mundo exterior, a ser independientes. Yo entiendo que mis papás querían darnos lo mejor, pero nunca pensamos en qué puede pasar.

Mi cuñada está cometiendo el mismo error con mi sobrino, Dios libre al güila lo roce el viento, no te imaginás el pleito que se armó entre ella y mi hermano porque él quiere que el chiquito se meta a los Scouts y la otra histérica porque lo puede morder una culebra y quién lo va a cuidar, “es que tiene que aprender a ser independiente”, dice mi hermano.

No culpo a mis papás, ellos se criaron en un mundo donde todo estaba a la mano, donde era normal una empleada y que la mamá fuera la chofer de los carajillos, jamás se imaginaron que existían los problemas económicos y que afuera hay otro mundo, el mundo real.

Veo a compañeras de trabajo y de la universidad hacer las tareas de sus hijitos, llevándolos a Disney a sus escasos 2 años, gastando miles en fiestas de cumpleaños con payasos, cupcakes, disfraces y encima, fiesta temática o como fulana, siendo la Uber de la hija y todo eso está mal, porque uno tiene que aprender a defenderse, a andar en bus, manejar si es el caso y no acostumbrar a los hijos a lujos excesivos.

¿Y por qué te digo esto?, porque mis fiestas de cumple eran en salones con todas esas carajadas, llegaba como unas 100 personas y la primera que me celebraron en medio de esta crisis fue en la casa con un quequito, helados, perros calientes y sin el aterro de regalos, solo los que me dieron mis abuelitos y mis tíos, pero solo nosotros porque no podía invitar a nadie más, ¡eso fue tan deprimente!


Gracias a Dios mi esposo está de acuerdo conmigo, a él le tocó salir muy joven de la casa a trabajar así que sabe lo que es la vida, los dos queremos educar a nuestro bebé como una persona independiente y no como un inútil princeso”

viernes, 12 de agosto de 2016

Tolerancia cero



 “¡Qué necios con ese tema!”, expresó una  conocida mía, ella estaba muy molesta por  el debate de la fecundación in vitro, no la apoya, sentía que le faltaban al respeto a sus creencias, “hay cosas más importantes en este país”, me decía.

“Sí y este tema lo es, es nacional y tarde o temprano se va a resolver”, le contesté, ella me retiró el habla, ¡vieran cómo sufrí! (por aquello es sarcasmo), días después la Corte Interamericana se pronunció.

Así como ella, existen muchas personas que simplemente no soportan que se les hable de temas que no son de su agrado, por las razones que sea, comprendo que FIV es un asunto delicado, pero cuando se menciona algo, aunque a uno le parezca intrascendente, hay quienes estallan y demuestran tolerancia cero.

Les cuento otro caso, correr se ha convertido en moda y eso no está mal, la gente practica deporte, frente a una persona aficionada al mismo menciono eso precisamente, que es el deporte de moda y no tienen  una idea de lo enojada que se puso, furiosa me exigió una disculpa por “insultarla”.

“¡Pero cómo se te ocurre!”, escuché otro día en un lugar, dos muchachas discutían y la razón, por lo que pude vinear era porque una de ellas se iba a casar y junto a su novio declinaron de la famosa sesión de fotos de compromiso, argumentó que era un gasto que no querían hacer. La otra chica se sulfuró, gritaba, era inevitable oírla, ella sí sacó sus fotos, disfrutó la sesión, soñaba con esa tradición, etc, etc, etc.

Una vez en un grupo de oración expresé que no tengo intenciones de casarme ni tener hijos, no me gustan los oficios domésticos y no me precisa un novio, pues para qué fue aquello: una doña se molestó porque ella sí cocina (la felicito), otra histérica comentó que ella sí desea un novio (su único tema de conversación por cierto) y hasta asistía a talleres de la iglesia para saber cómo reconocer a su media naranja y luego otra me gritó porque la estaba insultando, según las tres guardianas de las buenas costumbres yo no me comportaba como una mujer normal, tradicional y cristiana.

Pregunto, ¿cuál es el problema de tener una opinión diferente?, ¿tanto drama se tiene que armar porque una persona te diga “no estoy de acuerdo”?, el vacilón es que muchas veces cuando le pedís a alguien que te argumente por qué está a favor o en contra, el 90% se queda sin palabras, es casi imposible que construyan una oración coherente, lo que me hace pensar que se apoya o se critica un tema solo porque sí.

Este es un país libre y cada quien tiene derecho a su opinión, si alguien está en mi “contra” no lo hace mi enemigo y cuidado con lo que expreso en persona o en redes sociales, ya que de la abundancia del corazón habla la lengua.


miércoles, 27 de julio de 2016

¿Y si fuera yo?

Cuando era periodista en Zona Next asistí a una exposición en el Museo de los Niños, no recuerdo el nombre pero sí el motivo: se exhibían objetos como celulares, Ipods y hasta carritos de juguete, arriba de cada uno la foto de una persona y una descripción de qué pasó, todos los que aparecían en la foto fueron asesinados por robarles ese objeto.

Un celular, un carro fue más valioso que la vida de un padre, una hija, un abuelo, una hermana, una madre, una novia, etc.

Sentimos que estamos en manos de la delincuencia, aunque también somos bien cabezones por andar con el teléfono en la mano en media calle, tirar el recibo del cajero, salir a correr con las tennis del Inspector Gadget y la tablet para saber cuántas calorías bajé.

Igual nos da cólera la ley de este país, no nos protege, delincuentes ingresan con violencia a un bar a asaltar y rapidito los dejan libres, una cadena de supermercados agarra a una persona robando atún y picaritas y en un juicio relámpago lo juzgan y encarcelan tres años.

El domingo asaltan a una muchacha en Heredia, en apariencia un sujeto los observa, los persigue y atropella, provocando sus muertes, la gente aplaude, yo incluida no lo niego.

Pero luego la víctima de asalto aparece en redes sociales dando su versión del hecho: no la agredieron, de buena manera le pidieron su celular, dijeron “por favor”, no se alegra de su muerte, no justifica lo que hizo el caballero del carro y para ella fue horrible ver los dos cuerpos en la calle. Da a entender que como no hubo violencia, no tenían que atropellarlos, esa es mi lectura.

Ahora ella es la villana del cuento, es la mal agradecida, la hp, no falta el escarnio público, no faltan las imágenes en facebook diciendo que si a mí me asaltan sí me ayuden, etc, etc, etc.

Pregunto, ¿y si fuera yo?, en serio, dejemos las burlas de lado, ¿y si fuera yo?, porque es muy fácil hablar cuando la bronca no es mía, cuando no fue a mí a la que le pasó, ella en medio del shock dio su versión cibernética, presa del miedo contó su historia, ¿quién puede actuar indiferente al ver dos muertos frente a sus ojos?

Sigo de abogada del diablo, ¿y si no fue legítima defensa?, porque según la chica los sospechosos golpearon el carro y por eso los persiguieron, ¿y si se trata de un chofer más que se transforma al volante y por todo se enoja?, digo ya van como dos muertos por tocar el pito de su vehículo, al rato no vio nada del asalto y el golpe lo molestó.

Solo estando en los zapatos del otro puedo conocer lo que sintió, si es que se puede explicar, solo siendo protagonista de esa situación sabré cómo actuar, porque es sencillo decir “yo hago esto, yo hago lo otro, yo aquí, yo allá”, pero a la hora de la verdad los nervios nos pueden traicionar.

Hablar es fácil, juzgar al otro más, reclamarle por lo que yo  hubiera hecho en su lugar ¡uff!, eso es pan comido…


¿Y si fuera yo?

sábado, 16 de julio de 2016

Los excesos de comunicación en facebook

La red social por excelencia, la que vino a revolucionar la forma de comunicarnos, si no estás en ella no existís, si no tenés perfil no sos normal, si no subís fotos constantemente tampoco lo sos, si no te gusta se te quedan viendo raro.

Facebook es una herramienta muy útil, no tengo nada en contra de ella, aquí la gente se expresa, cuenta lo que le pasa, denuncia,  pregunta por qué suenan sirenas, etc, etc, etc. Sí, es una herramienta importante, sin embargo hay cosas que aún no entiendo.

Por ejemplo, posteos de personas que están internados en un hospital o van a uno a cuidar a alguien, toman fotos del enfermo, la vía, las vendas, cama, etc y ponen “aquí mejorándome, cuidando a mami, visitando a mi tía” y la persona ahí con cara de enfermo, de terror.

Publicar que estás en un velorio y/ funeral, tomar fotos de la ceremonia “con mi amigo en este momento tan difícil, acompañando a la familia”, a ver, guardá el teléfono y respetá el lugar, apoyá a la persona, no lo publiqués por Dios.

Subir una foto, postear algo y etiquetar a toda la familia, primos, vecinos, amigos, esto no lo entiendo, con solo subirlo al muro ya es público, digo, ¿para qué etiquetar a media humanidad en la foto del hueco de la calle, el pan casero que compré, los zapatos que estreno?

“Trabajando por la causa, pero qué triste que nadie lo aprecie; haciendo lo que me gusta, pero cómo duele que no te agradezcan; en el comité de jardinería del barrio, aunque a muchos no les guste mi presencia, hace seis horas avisé que estuve internado por una uña rota y nadie me fue a visitar”, ¡ay sí!, nadie me quiere, pero aquí estoy en pie de lucha, ¿para qué tanta lloradera, acaso buscás ser nombrado mártir?

Ni qué decir de los deportistas, ya sabemos que te gusta correr, estás en forma, nadás, sudás, pero fotos y vídeos de tu rutina.

Sí, el facebook nos permite comunicarnos y estar enterados, a veces más de la cuenta, de lo que le sucede a otras personas, pero tampoco el abuso.

jueves, 30 de junio de 2016

¡Es que no tengo tiempo!

Estaba haciendo fila, detrás de mí una muchacha (Fulana), quien saludó a Mengana que iba pasando por la acera, se ponen a conversar, a decir que tienen rato de no verse:

Mengana: “tenemos tanto qué hablar, ¿cuándo nos reunimos?”
Fulana: “vamos este sábado a tomar café, ¿qué te parece?
Mengana: “uy no puedo, tengo un compromiso con mi hermana”
Fulana: “bueno, entonces el otro fin de semana”.
Mengana: “tampoco, tengo…”

Y así fueron como 10 minutos, en resumen, Mengana tenía casi todo el mes ocupado, era imposible sacar un espacio para irse a tomar un café, idea que fue de ella por cierto.

Es curioso como encontrás personas así, nunca pero nunca pero nunca pueden, nunca tienen tiempo, nunca tienen espacio en su agenda.

Hace como un año escribí dos entradas que trataban una temática similar: “Tenemos que vernos”* y era lo mismo que esta conversación: amistades o conocidos que simplemente no se ponían de acuerdo para reunirse.

Yo soy de las personas bombetas que le encanta hacer este tipo de reuniones, aunque últimamente me aburro porque siempre es lo mismo “no puedo” y a veces ni siquiera te contestan el mensaje, soy de las que me gusta avisar con tiempo porque hay compromisos que uno adquiere con anticipación como un paseo (más cuando hay reservación), boda, té o algo parecido.

Pero esa frase “no tengo tiempo” o “mirá, no sé cómo está mi agenda”, sencillamente me dejan pensando, ¿en serio no tenés tiempo?, digo el día tiene 24 horas, ¿de verdad no tenés tiempo?

“No sé cómo está mi agenda”, ni que uno fuera político, artista o restaurante cinco estrellas para tenerla full y en una época de adicción al celular, me parece tan raro que no se fijen en su agenda para saber si tienen o no una cita con Obama o los Duques de Cambridge.

Me atrevo a decir que lo que no hay es voluntad o ganas de ver a esa persona, y lo de la agenda se traduce en “no tengo nada qué hacer pero no me quiero dar el taco que alguien se entere”.

Dejáte de medias tintas, es un café o un almuerzo, si acaso serán dos horas o tres o más si la conversación se pone buena, porque así como se saca tiempo para ver el celular, ir de compras, asistir al desfile de polos, digo tope, o a la poladez de la luz, digo Festival, se puede ir a tomar un café.



*http://ritacastrov.blogspot.com/2015/05/tenemos-que-vernos.html

http://ritacastrov.blogspot.com/2015/07/tenemos-que-vernos-parte-2.html

miércoles, 22 de junio de 2016

La quejadera

Todos nos quejamos, no estamos conformes con el gobierno, con la municipalidad, las presas, el costo de la vida, etc, etc, etc, etc.

Este parece ser el deporte favorito de los ticos, hay personas cuyo único tema de conversación son sus constantes inconformidades, nada, pero nada les gusta, nunca le podés quedar bien, es la víctima del mundo, sí, hay cosas que tienen que mejorarse, pero, ¿todo está mal?

Tengo una familiar que vive en el extranjero y le gustaba quedarse en mi casa, nosotros no tenemos carro (ya canso con este cuento), hace dos años instalamos wi fi, desde hace  no me acuerdo cuánto tenemos el internet normal, vivimos en Coronado, eso ella lo sabe y un día reclamó: “es que aquí no hay carro y yo no puedo trasladarme, en este casa no hay wi fi, la conexión de la computadora es muy lenta, hace mucho frío, aquí es larguísimo, el camino muy peligroso, nada puede venir a visitarme” y yo harta le contesté: “si tanto le incomoda, no venga”. Igual seguía hospedándose, igual seguía quejándose.

Pegamos el grito al cielo porque las tarifas de servicios públicos aumentan, pero corremos al almacén a sacar a crédito los televisores y los celulares más caros, ah y también reclamamos porque los intereses nos ahogan.

Una vez en una charla un amigo comentó: “cuando se trata de criticar, nos sobran las palabras, pero cuando se trata de decir lo bueno solo decimos ‘todo está bien’ y nos quedamos cortos”, y es tan cierto, cuántas veces en una evaluación, sea de un curso de la universidad, un paseo, de una actividad, lo que sea, se nos seca la garganta enumerando lo que según nosotros no estuvo a la altura; ¿y decimos algo positivo?

Sí, hay cosas que tienen que mejorar, sí, no todo es color de rosa, ¿pero todo es tan malo?, no lo creo, así que antes de quejarnos, pensemos un poquito en lo mucho que tenemos y si hay algo que nos molesta, busquemos una solución y punto.



lunes, 13 de junio de 2016

¡Paren el mundo!





Hace unos tres meses asistí al estadio, tenía cinco años de no ir a ver un partido, los niños insultaban a los jugadores del equipo contrario, les decían “perras, puto, nica regalado, me %$W%$%·$% en tu madre”, etc, etc, etc. 

Una semana después Buen Día saca aquella famosa entrevista donde se dijo que la mujer es sumisa y no tiene por qué tener la iniciativa, ¡quemen el 7, retrógradas, machistas, qué barbaridad!

Se pide pena de muerte y se califica como degenerado sexual al tipo que el año pasado grabó a la muchacha en la Avenida Central, se rasgan las vestiduras porque otro golpeó a una mujer en las cercanías del Calderón Guardia.

El domingo en la madrugada hubo un tiroteo en Orlando, Florida, todo el mundo de luto por el acto tan inhumano, por la muerte de hasta el momento 49 personas, todos indignados por lo sucedido, por la intolerancia.

¡Pero!, resulta que en el estadio los adultos responsables de esos menores de edad aplauden que el güila insulte al contrario, ¡eso papito, esa es mi chiquita!, pero exigen castigo inmediato por el bullying en las escuelas.

Al  día siguiente de la entrevista del 7 fue el partido de la Sele contra Jamaica y en el muro de face de un amigo vi un post que compartí, decía que si usted estaba indignadísimo por lo dicho en televisión pero iba al estadio a decir “perra, parece una teta” y otras cosas más, no entiende qué es la igualdad.

Crucificamos al don del vídeo, una barbaridad que grabara el trasero de la chica, pero nos reímos a carcajadas con la penosa situación que vivió otra cuando su pantalón y ropa interior cedieron ante la fuerza de La Tagada y quedó grabado.

Pedimos pena de muerte para quien golpeó a la muchacha, pero casi se considera “héroe nacional” al sujeto que el domingo pasado insultó a la Ministra de Justicia, ¡se lo merece, salada, vieja necia, para qué vea!, apuntan los comentarios en los perfiles de los medios.

Nos indignamos por la matanza en Orlando a la afueras de un club gay, pero hay una férrea oposición al matrimonio, aseguramiento de parejas, adopción y demás derechos que los que gozan las parejas heterosexuales, ¡ah! , por supuesto, para insultar a un hombre se le dice “playo, marica, delicadito, plátano, nica, paisa”, ¿desde cuándo ser nicaragüense o gay es malo?

Si su argumento de defensa es “diay, la ministra se lo merece, ¿para qué suelta ladrones?”, “al estadio uno va a vacilar”, o “hay lugares muy peligrosos” como dijo un legislador, entonces siga alcahueteando el irrespeto y la intolerancia, siga fomentado la idea de que el contrario es mi enemigo y hay que agredirlo,  y  yo como no entiendo esa lógica solo digo ¡paren el mundo!

domingo, 12 de junio de 2016

Fenómeno Combate

Nunca vi Combate, ni siquiera para burlarme de sus participantes, sabía que había un equipo azul y uno naranja, en actividades la gente cantaba “a-a-azul” al mejor estilo de los “combatientes”, una vez le pregunté a alguien que lo tarareaba si le gustaba el programa ¡jamás!, pero bien que se sabía “las porras”.

Las quejas eran pan de todos los días, la gente en facebook pedía que lo sacaran del aire, los despedazaban y quemaban vivos, simplemente  el show no los dejaba vivir en paz.

Anuncian que es el programa más visto, que llegaron al millón de fans (sabrá Dios cuántos eran amigos y cuántos enemigos), de nuevo suicidios masivos, llantos, desesperación, los TL se inundaban con esta información y cuando los medios digitales publicaban alguna noticia de un participante, en minutos era de las más leídas y compartidas, me pregunto por cuál de los dos bandos.

Unos estudiantes escribieron una carta a la Oficina de Censura pidiendo su retiro del aire, hasta que veo que alguien dejó la quejadera de lado y tomó el toro por los cuernos, aunque nada pasó. Cuando Canal 9 cerró muchos dijeron “lástima que no es Combate”, como si el despido de casi 150 personas fuera motivo de chiste y se comparara con el “reality”.

Ahora Combate sale del aire, ¡aleluya, gloria a Dios!, romerías, oficios religiosos de acción de gracias, imagino que la gente vuelve a sonreír, va las iglesias a hincarse, los medios cubren como si fuera Cumbre Presidencial, redes sociales explotan de la emoción.

Pero señores, si Combate se volvió fenómeno no fue gracias a sus fans, sino a sus enemigos, a la campaña en contra, al basureo, porque gracias a tanta pelota muchos comenzaron a verlo y tal vez les gustó o les hizo gracia y preferían eso a ver noticias, como muchos en este país que no se informan o que hacen algo por moda.

Si los medios escribían cuando un “combatiente” se quebraba una uña era porque iba a ser la nota más leída y compartida, y aquí el target no eran sus amigos, sino los detractores.

Así como Combate no me quita ni quitará el sueño, tampoco me interesa si hay un banco de color rosado, si Maluma (sea quien sea) vino a cantar al país e intercambió saliva con una muchacha y no me dará un infarto porque Ricardo Arjona suene en la radio y logre dos conciertos en el país.

Recuerden, entre más pelota le de uno a un tema, más fuerza toma, así que como dice alguien en la tele “no se complique y viva feliz”.


sábado, 4 de junio de 2016

Un cumpleaños de terror




Amo mi cumpleaños, quienes me conocen lo saben, planeo cada detalle y me encanta compartirlo.

En una ocasión conversaba con un grupo de esto, hablamos de un capítulo de The Middle en el que nadie se acordó del cumpleaños de Sue y cuando le cantaron en el colegio, ninguno de sus compañeros sabía su nombre, ¡pobre Sue!

De ahí surgió el tema de historias tristes, creo que todos tenemos una: el regalo que no me dieron, la piñata que alguien rompió antes de tiempo, nunca agarraba confites, el gracioso que se pasó de tragos y armó pleito, la comida o el lugar horribles, alguno la pasó enfermo o un familiar lo estaba, etc.

Una de las personas me dijo que ella tenía una anécdota muy fea y me dio permiso de contarla, siempre y cuando me reserve su nombre por aquello de los malos comentarios, así que aquí va:

“Nunca he sido de hacer grandes fiestas, pequeña sí, mis papás invitaban a medio barrio y a mis compañeros de escuela, me cayeran o no bien, pero bueno, quería regalos y jugar, así que no me importaba mucho. Con el tiempo solo salía a comer con mis amigos cercanos u organizaba algo pequeño en la casa.

Hace unos años pasé por una depresión muy fuerte y a mi hermana y a una amiga se les ocurrió hacerme una fiesta sorpresa, ¡gran error!, todo lo armaron sutilmente hasta que una compañera de pastoral me llamó “mirá, me contó fulano que fulana y tu hermana te están organizando una fiesta sorpresa y no me quieren invitar, ¿puedo ir?”

De inmediato le pedí a mi hermana que cancelara, yo no estaba de humor, pero, le hablé a la pared, entre ella y mi mamá me convencieron y adelante con los planes.

Ok, en teoría un primo me iba a distraer mientras llegaba la gente, que según el evento de facebook que bajo amenazas me mostraron, eran casi 30 invitados y la mayoría confirmados, todos citados en mi casa un sábado a las 7 pm porque yo iba a llegar entre 7:30 y 7:45 pm, tras de eso, muchos preguntaban si podían llevar acompañante, o sea, iban a llegar entre 40 y 45.

Bueno, te resumo la historia: mi primo tuvo un problema con el carro, así que nadie me distrajo, al llegar a mi casa mi cuñado me sacó, estuve hora y media afuera mientras la gente aparecía, los invitados, incluyendo la otra organizadora arribaron casi a las 8:30 pm.

¡Sorpresa!, solo llegaron 10 personas, parte de la comida ya estaba fría, mi mamá algo molesta por eso, mi hermana discutiendo con mi amiga porque la dejó sola con todo el arreglo.

Ponen música para bailar, lo hago con un amigo cuya novia me lo arrebató, luego bailo con un carajo que ni idea quién era y apenas sirvieron la comida recalentada, me dejó ahí como tonta.

Al ratito, si acaso una hora, otra amistad dijo en mi cara “qué pereza, esto está muy aburrido, mejor me voy”, salió y detrás de ella todos los invitados, incluyendo a la organizadora.

Tuve que limpiar sola, mi hermana estaba tan enojada que se fue al momentito y mi mamá pasó reclamando por la plata y electricidad que gastó, además de los malos modales y la comida casi entera que algunos dejaron en el plato.

“Les pedí que lo cancelaran”, le dije a mami llorando del colerón, pero fue peor; al día siguiente la organizadora me llamó para saber si me gustó, yo fui sincera y le dije que no, que me sentí muy mal y que ni siquiera tuvo el detalle de ayudarme “¡qué mal agradecida que sos!, todo lo que uno hace para que ya no estés triste, ¿vos sabés lo que costó convencer a la gente para ir a tu casa?, vivís demasiado largo, muchos cambiaron sus planes solo por vos”, bla bla bla, en otras palabras, fui la bruja del cuento.

En resumen: es el peor cumple de mi historia, a mi hermana no le hablé en un mes, a esa otra chica terminé la amistad con ella, a quien dijo que estaba aburrida ni la vuelvo a ver y a la sapa paracaidista, que ni se me acerque, sí yo sé, sueno como chiquita de escuela.

Para mi cumpleaños, generalmente yo compro algo y me lo como con mi familia, en la oficina me lo celebran con un almuerzo y tal vez salgo con un grupo pequeño de amigos, sí se da bien, si no también, pero hacer algo en grande, no gracias y menos en mi casa que en apariencia es larguísimo.

Moralejas del cuento señores lectores:
  • Por favor, no organice fiestas sorpresa, mejor pregunte para no embarcarse, en especial si el homenajeado está deprimido
  • Si en un evento de facebook pulsa “asistir”, hágalo
  • Si la cosa está bien furris, retírese calladito
  • Llegue puntual a la cita
  • Si alguien le dice ‘no quiero celebrar’, significa ‘no quiero celebrar’
  • Si se ofrece como coordinador, ayude de principio a fin”