martes, 9 de noviembre de 2010

Cuando no conversamos



Hace unos días estaba viendo un programa de “La Rosa de Guadalupe”, una serie mexicana, el capítulo habla de una mujer, “Germana” y su hija “Lola”, el problema entre ellas se armó cuando “Lola” tuvo su primer novio, un compañero de colegio, y ambas empezaron a ser mal aconsejadas por sus amistades:  una compañera de trabajo le dijo a “Germana” que su hija  estaba a punto de quedar embarazada, que el carajillo era un vago, que su suegra quería alejar a “Lola” de su vida, ocupar su lugar y que la mejor manera de “corregir a la niña era castigándola”.

Por su parte, la amiguita de “Lola” le aconsejó no hablar con su mamá porque se iba a oponer a la relación, la iba a tratar como una niña, la iba a encerrar y hasta le dijo que se fuera de la casa para “defender su amor”.

Esto me hace pensar en las ocasiones en que por escuchar a otros y seguir sus consejos, arruinamos una oportunidad o una relación sentimental, familiar o de amistad, nos dejamos influenciar y no le hacemos caso a nuestro corazón, que en ocasiones nos indica que lo mejor es conversar.

No digo que sea malo pedir ayuda cuando la situación nos ahoga, pero a veces las personas están tan traumadas y nos han superado “x” o “y” situación y en vez de dar un consejo, nos hunden en su amargura.

Cuando el sentido común o la intuición nos digan que el mejor camino es el diálogo, es mejor escuchar nuestra voz interna y no dejarnos llevar por los consejos de los demás, no vaya a ser que por hacerle caso a otros, metamos la pata y arruinemos una gran oportunidad.

1 comentario:

  1. Yo creo que todo esto se relaciona enteramente con el criterio que nos formaron desde niños. Yo estudié mi secundaria en un colegio en el que abundaban la droga y la violencia, muchas veces me ofrecieron droga de muchas clases, pero sabía lo que quería y siempre la rechazé. Ahora tengo 27 años y orgullosamente digo que jamás he fumado cigarrillo u otra cosa, pasé por la universidad donde la droga era también lo más común y también supe que ese no es el camino y espero enseñarle eso a mis hijos, generalmente nunca tuve que esperar que alguien me dijera qué debía hacer, yo entendía perfectamente lo bueno, lo malo y las consecuencias de nuestras elecciones. Hace unos días abandoné el Facebook, y pues ando leyendo cosas que encuentro, estas cosas están muy agradables de leer, son sencillas, pequeñas, pero reales.

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