sábado, 4 de junio de 2016

Un cumpleaños de terror




Amo mi cumpleaños, quienes me conocen lo saben, planeo cada detalle y me encanta compartirlo.

En una ocasión conversaba con un grupo de esto, hablamos de un capítulo de The Middle en el que nadie se acordó del cumpleaños de Sue y cuando le cantaron en el colegio, ninguno de sus compañeros sabía su nombre, ¡pobre Sue!

De ahí surgió el tema de historias tristes, creo que todos tenemos una: el regalo que no me dieron, la piñata que alguien rompió antes de tiempo, nunca agarraba confites, el gracioso que se pasó de tragos y armó pleito, la comida o el lugar horribles, alguno la pasó enfermo o un familiar lo estaba, etc.

Una de las personas me dijo que ella tenía una anécdota muy fea y me dio permiso de contarla, siempre y cuando me reserve su nombre por aquello de los malos comentarios, así que aquí va:

“Nunca he sido de hacer grandes fiestas, pequeña sí, mis papás invitaban a medio barrio y a mis compañeros de escuela, me cayeran o no bien, pero bueno, quería regalos y jugar, así que no me importaba mucho. Con el tiempo solo salía a comer con mis amigos cercanos u organizaba algo pequeño en la casa.

Hace unos años pasé por una depresión muy fuerte y a mi hermana y a una amiga se les ocurrió hacerme una fiesta sorpresa, ¡gran error!, todo lo armaron sutilmente hasta que una compañera de pastoral me llamó “mirá, me contó fulano que fulana y tu hermana te están organizando una fiesta sorpresa y no me quieren invitar, ¿puedo ir?”

De inmediato le pedí a mi hermana que cancelara, yo no estaba de humor, pero, le hablé a la pared, entre ella y mi mamá me convencieron y adelante con los planes.

Ok, en teoría un primo me iba a distraer mientras llegaba la gente, que según el evento de facebook que bajo amenazas me mostraron, eran casi 30 invitados y la mayoría confirmados, todos citados en mi casa un sábado a las 7 pm porque yo iba a llegar entre 7:30 y 7:45 pm, tras de eso, muchos preguntaban si podían llevar acompañante, o sea, iban a llegar entre 40 y 45.

Bueno, te resumo la historia: mi primo tuvo un problema con el carro, así que nadie me distrajo, al llegar a mi casa mi cuñado me sacó, estuve hora y media afuera mientras la gente aparecía, los invitados, incluyendo la otra organizadora arribaron casi a las 8:30 pm.

¡Sorpresa!, solo llegaron 10 personas, parte de la comida ya estaba fría, mi mamá algo molesta por eso, mi hermana discutiendo con mi amiga porque la dejó sola con todo el arreglo.

Ponen música para bailar, lo hago con un amigo cuya novia me lo arrebató, luego bailo con un carajo que ni idea quién era y apenas sirvieron la comida recalentada, me dejó ahí como tonta.

Al ratito, si acaso una hora, otra amistad dijo en mi cara “qué pereza, esto está muy aburrido, mejor me voy”, salió y detrás de ella todos los invitados, incluyendo a la organizadora.

Tuve que limpiar sola, mi hermana estaba tan enojada que se fue al momentito y mi mamá pasó reclamando por la plata y electricidad que gastó, además de los malos modales y la comida casi entera que algunos dejaron en el plato.

“Les pedí que lo cancelaran”, le dije a mami llorando del colerón, pero fue peor; al día siguiente la organizadora me llamó para saber si me gustó, yo fui sincera y le dije que no, que me sentí muy mal y que ni siquiera tuvo el detalle de ayudarme “¡qué mal agradecida que sos!, todo lo que uno hace para que ya no estés triste, ¿vos sabés lo que costó convencer a la gente para ir a tu casa?, vivís demasiado largo, muchos cambiaron sus planes solo por vos”, bla bla bla, en otras palabras, fui la bruja del cuento.

En resumen: es el peor cumple de mi historia, a mi hermana no le hablé en un mes, a esa otra chica terminé la amistad con ella, a quien dijo que estaba aburrida ni la vuelvo a ver y a la sapa paracaidista, que ni se me acerque, sí yo sé, sueno como chiquita de escuela.

Para mi cumpleaños, generalmente yo compro algo y me lo como con mi familia, en la oficina me lo celebran con un almuerzo y tal vez salgo con un grupo pequeño de amigos, sí se da bien, si no también, pero hacer algo en grande, no gracias y menos en mi casa que en apariencia es larguísimo.

Moralejas del cuento señores lectores:
  • Por favor, no organice fiestas sorpresa, mejor pregunte para no embarcarse, en especial si el homenajeado está deprimido
  • Si en un evento de facebook pulsa “asistir”, hágalo
  • Si la cosa está bien furris, retírese calladito
  • Llegue puntual a la cita
  • Si alguien le dice ‘no quiero celebrar’, significa ‘no quiero celebrar’
  • Si se ofrece como coordinador, ayude de principio a fin”




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