jueves, 30 de junio de 2016

¡Es que no tengo tiempo!

Estaba haciendo fila, detrás de mí una muchacha (Fulana), quien saludó a Mengana que iba pasando por la acera, se ponen a conversar, a decir que tienen rato de no verse:

Mengana: “tenemos tanto qué hablar, ¿cuándo nos reunimos?”
Fulana: “vamos este sábado a tomar café, ¿qué te parece?
Mengana: “uy no puedo, tengo un compromiso con mi hermana”
Fulana: “bueno, entonces el otro fin de semana”.
Mengana: “tampoco, tengo…”

Y así fueron como 10 minutos, en resumen, Mengana tenía casi todo el mes ocupado, era imposible sacar un espacio para irse a tomar un café, idea que fue de ella por cierto.

Es curioso como encontrás personas así, nunca pero nunca pero nunca pueden, nunca tienen tiempo, nunca tienen espacio en su agenda.

Hace como un año escribí dos entradas que trataban una temática similar: “Tenemos que vernos”* y era lo mismo que esta conversación: amistades o conocidos que simplemente no se ponían de acuerdo para reunirse.

Yo soy de las personas bombetas que le encanta hacer este tipo de reuniones, aunque últimamente me aburro porque siempre es lo mismo “no puedo” y a veces ni siquiera te contestan el mensaje, soy de las que me gusta avisar con tiempo porque hay compromisos que uno adquiere con anticipación como un paseo (más cuando hay reservación), boda, té o algo parecido.

Pero esa frase “no tengo tiempo” o “mirá, no sé cómo está mi agenda”, sencillamente me dejan pensando, ¿en serio no tenés tiempo?, digo el día tiene 24 horas, ¿de verdad no tenés tiempo?

“No sé cómo está mi agenda”, ni que uno fuera político, artista o restaurante cinco estrellas para tenerla full y en una época de adicción al celular, me parece tan raro que no se fijen en su agenda para saber si tienen o no una cita con Obama o los Duques de Cambridge.

Me atrevo a decir que lo que no hay es voluntad o ganas de ver a esa persona, y lo de la agenda se traduce en “no tengo nada qué hacer pero no me quiero dar el taco que alguien se entere”.

Dejáte de medias tintas, es un café o un almuerzo, si acaso serán dos horas o tres o más si la conversación se pone buena, porque así como se saca tiempo para ver el celular, ir de compras, asistir al desfile de polos, digo tope, o a la poladez de la luz, digo Festival, se puede ir a tomar un café.



*http://ritacastrov.blogspot.com/2015/05/tenemos-que-vernos.html

http://ritacastrov.blogspot.com/2015/07/tenemos-que-vernos-parte-2.html

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