Nunca vi Combate, ni siquiera
para burlarme de sus participantes, sabía que había un equipo azul y uno naranja,
en actividades la gente cantaba “a-a-azul” al mejor estilo de los
“combatientes”, una vez le pregunté a alguien que lo tarareaba si le gustaba el
programa ¡jamás!, pero bien que se sabía “las porras”.
Las quejas eran pan de todos los
días, la gente en facebook pedía que lo sacaran del aire, los despedazaban y
quemaban vivos, simplemente el show no
los dejaba vivir en paz.
Anuncian que es el programa más
visto, que llegaron al millón de fans (sabrá Dios cuántos eran amigos y cuántos
enemigos), de nuevo suicidios masivos, llantos, desesperación, los TL se
inundaban con esta información y cuando los medios digitales publicaban alguna
noticia de un participante, en minutos era de las más leídas y compartidas, me
pregunto por cuál de los dos bandos.
Unos estudiantes escribieron una
carta a la Oficina de Censura pidiendo su retiro del aire, hasta que veo que
alguien dejó la quejadera de lado y tomó el toro por los cuernos, aunque nada
pasó. Cuando Canal 9 cerró muchos dijeron “lástima que no es Combate”, como si
el despido de casi 150 personas fuera motivo de chiste y se comparara con el “reality”.
Ahora Combate sale del aire,
¡aleluya, gloria a Dios!, romerías, oficios religiosos de acción de gracias,
imagino que la gente vuelve a sonreír, va las iglesias a hincarse, los medios
cubren como si fuera Cumbre Presidencial, redes sociales explotan de la
emoción.
Pero señores, si Combate se
volvió fenómeno no fue gracias a sus fans, sino a sus enemigos, a la campaña en
contra, al basureo, porque gracias a tanta pelota muchos comenzaron a verlo y
tal vez les gustó o les hizo gracia y preferían eso a ver noticias, como muchos
en este país que no se informan o que hacen algo por moda.
Si los medios escribían cuando un
“combatiente” se quebraba una uña era porque iba a ser la nota más leída y
compartida, y aquí el target no eran sus amigos, sino los detractores.
Así como Combate no me quita ni
quitará el sueño, tampoco me interesa si hay un banco de color rosado, si
Maluma (sea quien sea) vino a cantar al país e intercambió saliva con una
muchacha y no me dará un infarto porque Ricardo Arjona suene en la radio y
logre dos conciertos en el país.
Recuerden, entre más pelota le de
uno a un tema, más fuerza toma, así que como dice alguien en la tele “no se
complique y viva feliz”.
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