Cuando era periodista en Zona
Next asistí a una exposición en el Museo de los Niños, no recuerdo el nombre
pero sí el motivo: se exhibían objetos como celulares, Ipods y hasta carritos
de juguete, arriba de cada uno la foto de una persona y una descripción de qué
pasó, todos los que aparecían en la foto fueron asesinados por robarles ese
objeto.
Un celular, un carro fue más
valioso que la vida de un padre, una hija, un abuelo, una hermana, una madre,
una novia, etc.
Sentimos que estamos en manos de
la delincuencia, aunque también somos bien cabezones por andar con el teléfono
en la mano en media calle, tirar el recibo del cajero, salir a correr con las
tennis del Inspector Gadget y la tablet para saber cuántas calorías bajé.
Igual nos da cólera la ley de
este país, no nos protege, delincuentes ingresan con violencia a un bar a
asaltar y rapidito los dejan libres, una cadena de supermercados agarra a una
persona robando atún y picaritas y en un juicio relámpago lo juzgan y
encarcelan tres años.
El domingo asaltan a una muchacha
en Heredia, en apariencia un sujeto los observa, los persigue y atropella,
provocando sus muertes, la gente aplaude, yo incluida no lo niego.
Pero luego la víctima de asalto
aparece en redes sociales dando su versión del hecho: no la agredieron, de
buena manera le pidieron su celular, dijeron “por favor”, no se alegra de su
muerte, no justifica lo que hizo el caballero del carro y para ella fue
horrible ver los dos cuerpos en la calle. Da a entender que como no hubo violencia, no tenían que atropellarlos, esa es mi lectura.
Ahora ella es la villana del
cuento, es la mal agradecida, la hp, no falta el escarnio público, no faltan
las imágenes en facebook diciendo que si a mí me asaltan sí me ayuden, etc,
etc, etc.
Pregunto, ¿y si fuera yo?, en
serio, dejemos las burlas de lado, ¿y si fuera yo?, porque es muy fácil hablar
cuando la bronca no es mía, cuando no fue a mí a la que le pasó, ella en medio
del shock dio su versión cibernética, presa del miedo contó su historia, ¿quién
puede actuar indiferente al ver dos muertos frente a sus ojos?
Sigo de abogada del diablo, ¿y si
no fue legítima defensa?, porque según la chica los sospechosos golpearon el
carro y por eso los persiguieron, ¿y si se trata de un chofer más que se
transforma al volante y por todo se enoja?, digo ya van como dos muertos por
tocar el pito de su vehículo, al rato no vio nada del asalto y el golpe lo
molestó.
Solo estando en los zapatos del
otro puedo conocer lo que sintió, si es que se puede explicar, solo siendo
protagonista de esa situación sabré cómo actuar, porque es sencillo decir “yo
hago esto, yo hago lo otro, yo aquí, yo allá”, pero a la hora de la verdad los
nervios nos pueden traicionar.
Hablar es fácil, juzgar al otro
más, reclamarle por lo que yo hubiera hecho en su lugar ¡uff!, eso es pan comido…
¿Y si fuera yo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario