Ayer la noticia corrió como pólvora: los 33 mineros que tienen 18 días atrapados en la mina San José en Chile están con vida, los hombres lograron escribir un mensaje y atarlo a una de las sondas.
Sebastián Piñera, presidente de Chile, agarró el pedazo de papel y lo enseñó como el más preciado de los trofeos, los familiares, rescatistas y autoridades se abrazaban y algunos se congregaron en la Plaza Italia para celebrar y es que cuando ya todos los daban por muertos, este trozo de papel devuelve las esperanzas a todo un país que aún se recupera del golpe que la madre naturaleza le dio a principios de año.
Noticias como estás son las que a uno le hacen decir que aún existen los milagros, que para Dios nada es imposible y que por más que la ciencia y las autoridades mineras expliquen que las condiciones del terreno, la experiencia de los mineros ayudaron, etc..., siempre quedan cabos sueltos que se explican con la palabra milagro.
Para quienes creemos en Dios, sucesos como este nos refuerzan más nuestra fe y nos recalcan que Él es el dueño y señor de este universo y que para Él nada es imposible.
Para quienes no creen en Dios, las explicaciones científicas y la buena suerte serán suficientes para explicar que 33 hombres estén vivos después de permanecer 18 días 700 metros bajo tierra.
“Estamos bien en el refugio los 33”, un mensaje que nos dice que nunca hay que dejar de luchar, aunque las circunstancias no sean las más adecuadas, ya que siempre hay esperanza, y, para los que somos creyentes, nos demuestra que aún existen los milagros.
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