Escribía la tercera de “Tenemos
que vernos”*, creo que ya estaba por la mitad cuando una compañera me pasó este
texto y con el permiso de su autora lo comparto:
“Leí las dos entradas de Tenemos que vernos y me identifiqué con
ellas, yo siempre soy la bombetina de la familia, del grupo de amigos y del
trabajo, paso planeando salidas, la verdad me gusta, algunos dicen que soy la
“organizadora oficial”.
Es increíble lo que cuesta
encontrar una fecha, todo el mundo siempre tiene algo que hacer, la agenda está
apretadísima; con mi familia opto por una casa que tenga campo y que cada quien lleve lo de tomar y comer, igual compramos por aquello,
porque nadie está a dieta, mejor que sobre que no que falte.
Con los amigos es similar, solo
que hay un detalle: hace un par de años se armaba un grupo grandecito, “¡qué poder
el tuyo de convocatoria!” me dijo una amiga una vez; pero con el pasar del
tiempo ese “poder” fue “perdiendo fuerza” y me explico: antes mandaba un
mensaje o montaba un evento en facebook (tampoco nada elaborado), 10 personas
se apuntaban y llegaban más, ahora ya no, la mayoría están ocupados con cosas
del trabajo, de sus parejas o simplemente no contestan, si acaso llegamos
cinco.
Siempre están las críticas del
lugar “muy caro, muy fino, muy feo”, nunca falta quien dice ‘¡uy qué lindo
verlos chiquillos, inviten más
personas!’, arma el alboroto y ni se aparece.
A veces me pregunto qué pasó, por
qué un grupo que era tan unido ahora cuesta qué se reúna; aunque tengo que
admitir que yo también me he alejado de
algunas personas, antes salía con antiguas amistades, ex compañeros de escuela,
del colegio o incluso de la pastoral, y
pasamos de hablar cosas de trabajo, de recuerdos o de la vida en sí a dos temas
de conversación: los hombres hablan
de sus esposas (los recién casados con amor, los otros, con algo de pereza) y
de fútbol (¡oh santa patadera de bola!), y las mujeres de sus maridos, hijos, cómo cocinar el arroz, el horario de
estudio de los chiquitos, las comidas, tareas del kínder, abortos espontáneos o
si el caballero seguirá funcionando después de la vasectomía.
¡Dios mío!, ¿cómo hablás de eso
en una mesa de tragos?, ¿cuándo dejaste de ser una persona inteligente, vivaz,
alegre y bromista para convertirte en un aburrido de la vida o en Bree Van de
Kamp?, entonces dejé de frecuentarlos, yo soltera y sin hijos nada tengo que
aportar a las tareas de inglés y menos al desempeño del sujeto en la cama, te
confieso, me dormía escuchando esas conversaciones tan entretenidas.
De igual forma, algunas
“amistades” felizmente casadas como que me hicieron a un lado, no sé si es que
prefieren frecuentar solo parejas, si consideran a una mujer soltera poca cosa
o simplemente, ya no soy persona de interés.
La vida nos lleva a todos por
caminos distintos, lo sé, los intereses cambian y en sus trayectos aparecen
quienes los complementan y les dan algo que una como amiga no puede.
Cambia todo cambia, reza la
canción, es un hecho de la vida y tal vez esa sea la respuesta…
Atentamente:
Carmencita”
Ahora yo te pregunto, ¿por qué ya
no te ves con tus amigos?, ¿por qué ya no nos vemos?
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