Un día un amigo me dijo que
aburro con el tema de la supuesta presión que ejerce la sociedad en nosotras
las mujeres que además de solteras, no tenemos en nuestros planes la
maternidad, sus palabras “como yo soy hombre, tal vez no lo veo así, pero
sinceramente aburrís con eso”.
Otro me dijo que él quiere ser
padre, sueña con eso, no con ser esposo, solo con ser papá, sí, un hombre me
dijo eso.
Y sí, puede que aburra, pero es
una realidad, nuestra amada, metiche y patriarcal sociedad sigue señalando y
juzgando a las féminas que decimos que maternidad no está en nuestros planes,
porque pareciera que casarse no es el problema, es el no procrear.
Razones por las que una mujer
soltera o casada no desea ser madre hay millones, no hay una en específico y no
es egoísmo y querer vivir la fiesta, sino una decisión, tomada sola o con su
pareja, pero decisión al fin.
Ayer leía “Decidí no tener hijos”,
escrito por Katherine Núñez, periodista que colabora en la Revista Petra, en la
cual colaboro también, ella indica que nunca se vio cambiando pañales ni
corriendo en las mañanas para dejarlos en la escuela y que la han calificado de
mala por no tener instinto materno.*
Luego leí en El País “Ser padres
es solo una opción”, aquí me encantó que hablaran en plural porque hasta ahora
solo he visto la opinión femenina, analiza distintos estudios donde los caballeros
señalan que la situación económica no es la más óptima, así como la
inestabilidad laboral.
Igual sigue cayendo sobre la
mujer el peso y el juicio, se nos señala de egoístas “tantas mujeres que
quieren tener hijos y usted no, ¿qué fue, algo malo le hicieron de pequeña?”,
me han preguntado más de una vez.
Pero también la sociedad señala a
las damas que, además de mamás, siguen activas en su vida profesional y social,
Dios libre se les ocurra irse de gira por cuestiones laborales, salir con su
pareja (si la tienen), ir a tomar café o retomar las noches de chicas, “¡pero
cómo deja a su bebé solo!”, claro, porque ella tiene que anularse como persona
para ser solo mamá.
Un día estaba en un lugar
haciendo fila, una muchacha embarazada conversaba con otra y cuando le comentó
que iba a ir a un concierto con sus
amigas, la señora casi al borde del infarto exclamó “¿cómo que salir?, ¡usted
está 'esperando' y no puede seguir con su vida de soltera!”. La señora preguntó
si el marido iba, ella contestó que no: “¿su esposo todavía la deja salir sola?,
bueno, espérese a que tenga su bebé”.
Bien lo apunta la entrada “De madre
abnegada a mala madre”: “Quiero a mis hijos por encima de todo y por ellos
sería capaz de cualquier cosa; pero reconozco que a veces necesito recuperar mi
parcela, mi espacio; insisto, es mío”, incluso la autora explica que tiene un
día solo para ella***
¿Y en dónde queda el hombre en
todo esto?, anulado, la misma sociedad se encarga de hacerlo, lo educaron solo
para ser el proveedor, el regañón, el mal encarado al que le van a dar las quejas cuando llegue del trabajo, ¿o no?
Cuando las personas ven a una
mujer con sus hijos es normal, cuando es el hombre “pobrecito, hay que
ayudarlo, es que no sabe cómo atenderlos”, caen de espaldas al observar un
caballero entrar a la sala de lactancia a cambiar un pañal, “qué bueno que
ayuda a la esposa”, diría más de uno. Pero el psicólogo Alberto Soler escribió en
una publicación que se volvió viral “No, yo no ayudo a mi mujer con los niños
porque no puedo ayudar a alguien con algo que es mi entera responsabilidad”
****
Así que aburro, sí, pero es un
tema rico de opinar, una presión y un juicio que vivo siempre que me preguntan
cuándo pienso casarme y tener hijos.
Esto no es una batalla entre los
padres y no padres, no es una crítica, sino el respeto a una decisión, a una
opción, a un proyecto de vida y como dice Cristina Galindo de el País “en
conclusión, sigan su instinto”
Así que querida sociedad, no se
meta en donde no la llaman.
*http://revistapetra.com/decidi-no-tener-hijos/
**** http://www.albertosoler.es/yo-no-ayudo-mujer-los-ninos-tareas-casa/
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