miércoles, 18 de noviembre de 2015

Amigo invisible: amado y odiado

Es el invitado de honor en las fiestas de Navidad, no puede faltar, muchos lo aman, otros lo detestan, cada quien lo juega a su estilo y le tiene distintos nombres: es el amigo invisible.


Todos tenemos anécdotas, al 50% le ha ido bien, al 50% no tan bien, siempre está el detallista que se luce con el regalito, el ingenioso que nos da pistas al mejor estilo del Código Da Vinci para encontrar el cariñito, nunca falta al que se le olvidó, tampoco quien es pone exquisito al pedir marcas o quien dice “lo que me quieran regalar”.

Tampoco falta el que juega de Nancy Drew e investiga quién le regala a quien, algo que sinceramente no me simpatiza, como que es meterse en lo que a uno no le importa, una vez en la entrega del regalo final, vi a una persona que con lista en mano revisaba si sus pronósticos eran correctos, recuerdo que alguien se molestó bastante.

Yo he tenido de todo tipo de experiencias, estando en una fraternidad en uno de los tantos intercambios la persona era en verdad especial con sus obsequios, hasta me hizo una especie de poema simulando un pergamino y le puso una flor; el día del regalo final me tocó pasar al frente, tomé el paquete con mi nombre y ¡sorpresa!: ella decidió meterse al sitio web de mi equipo favorito de fútbol, imprimió todas las páginas y las engrapó usando una especie de papel construcción, yo no hallaba ni qué cara poner, realmente me sentí decepcionada.

Recién entraba a un trabajo, a las dos semanas reparten los papelitos y me toca la jefa, ¡sí!, la jefa, así que a esmerarme, creo que no me fue nada mal, quedó contenta con los todos los cariñitos.

¿Y vos qué pensás del amigo secreto?, a Sof González no le gustan los regalos baratos e indeseados, Rosa Esmeralda dijo que a ella sí le gusta la actividad y que añora cuando el obsequio era sorpresa, “ahora la gente deja lista de marca, color y hasta a donde comprarlo, me parece horrible, se perdió el sentido de compartir”, le doy la razón, si yo quiero algo de marca me lo compro, qué feo obligar a otro y menos sin saber cómo están las finanzas de esa persona.

La lista es de gran ayuda, más cuando no tenés ni idea qué dar, también confieso que en ocasiones veo algo que creo le puede servir a él o ella y se lo agrego, hasta el momento nadie me ha reclamado.

Por su parte Jorge Eduardo manifestó que sí le gusta, genera un ambiente positivo y siempre le ha ido bien, en cambio a Tatiana Rivera no es fans de esta actividad, “uno de esmera en los regalos y no siempre recibe lo mismo”.

A Karla Lee le gusta, que exista lista de regalos y sólo una vez le fue mal; misma opinión tienen Hazel Solís y Marcela Rojas, quien  prefiere jugar en grupos pequeños; a Katherine Ledezma se inclina por la actividad, confiesa que nunca le ha ido bien, este año participa en dos, así que espera que la suerte le sonría.

Para Sofía García el amigo invisible ha perdido su objetivo el cual, según ella, siempre ha sido el que conocer los gustos de la persona que te tocó y así conocerse todos un poco más.

“A mi sí me gusta y me ha ido bien después del colegio,  la lista ayuda cuando no es taxativa (restrictiva) sino una guía”, indicó Helena Azofeifa, aseguró que es importante pedirle a alguien que no juega el favor de administrar el amigo secreto.

Rafael León ha tenido malas experiencias, como darle a la persona que no quieras, que te pongan en la lista sólo cosas imposibles de conseguir o que no pongan nada, “de hecho, una vez me pusieron a conseguir algo que no existía sólo para molestar”, uy sí, no hay cosa peor que regalarle a quien no te agrada y tras de eso, abrazarlo frente a todos.

A Minor Delgado le  simpatiza, le parece una forma de darle un toque de expectativa a las fiestas, “sin embargo he tenido malas experiencias donde se pone un monto mínimo y me regalan una cochinada que no vale ni la mitad, por ejemplo la vez que era de ¢10 mil y me dieron un paño y un jabón,  pero no puedo negar que me han tocado buenos regalos también”.

“A mí no me gusta, participé en algún momento y lamentablemente no vi equidad, algunos muy preocupados y esmerados con sus regalos y otros tristemente se notaba el poco cuidado, incluso me tocó ver a alguien que le dieron algo que estaba usado”, contó Maga Mora, ¡¡qué feo por Dios!

Como ven, las experiencias son buenas y malas, pero creo que el chiste del regalo es dar algo útil, que la persona pueda usar y si hay lista, no nos pongamos exquisitos en pedir marcas, tampoco el abuso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario