jueves, 16 de septiembre de 2010

Cuando no hay explicación humana...



Ayer conversaba con mi vecina y me contó que hace dos años su hermana quedó embarazada, pero, la bebé nació con una deficiencia entre el tórax y el pulmón y murió a los 9 días. Durante el velorio, ella decía: "¡Dios!, ¿tan mala persona soy que no merezco ser madre?" y que cada vez que mi vecina regaña a sus hijos (que son bastante traviesos por cierto), su hermana le reclama y le dice que ella no sabe lo que es ser madre y que si nos los quiere mejor se los dé a ella.
Creo que todos nosotros conocemos historias de este tipo: de padres que perdieron a sus hijos a horas o días de nacidos, personas que murieron en un accidente o por una enfermedad que no fue detectada a tiempo. De igual forma les pregunto: ¿cuántos de nosotros no hemos visto caer a pedazos nuestros sueños cuando estábamos a un paso de alcanzarlos?
Todas estas injusticias nos hacen preguntarnos si existe un Dios, los que somos creyentes nos llevamos una regañada de las bellas y hermosas y nos dicen: Dios sabe por qué hace las cosas, Dios tiene un propósito... y por dentro decimos:  "bonita forma de demostralo".
Aveces atravesamos o vemos seres queridos atravesar pruebas normales, en otras ocasiones sentimos que nos caen las siete plagas de Egipto versión 2010 y no entendemos por qué ni para qué.
Para estas preguntas no hay explicación científica ni humana ni religiosa, solo el Ser Supremo la tiene y nos la revela a su tiempo.
Me gusta pensar que todos tenemos un propósito en esta vida (este es el único razgo que me quedó de la niñez) y que en ocasiones necesitamos caernos, llorar, gritar y caminar por el peor de los  desiertos para lograr nuestra meta.
No hay explicación humana para una tragedia, para una pérdida, para una derrota personal, pero como que a su tiempo, la explicación viene del Cielo, ¿nos les parece?

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