jueves, 30 de septiembre de 2010

Insultos de gratis


Desde hace varios días estoy pasando una situación personal bastante complicada y, ejerciendo mi derecho de expresión, escribí en mi estado de Facebook lo que sentía y siento, eso me bastó para recibir una lluvia de insultos de "mis amigos", quienes, en vez de preguntar qué me sucede, me mandaron a freír espárragos solo porque la frase que escribí "hirió sus sentimientos".
Eso hizo que discutiera en privado con algunos, quien se decía mi mejor amiga me borró de sus contactos solo porque no la "escuché" y limité su acceso a mi muro y como ya estaba histérica de tanto insulto, decidí borrar todos los comentarios, incluyendo la frase que desató la tormenta cibernética.
Así como tomé esta determinación, de igual forma me pregunto: ¿qué derecho tengo de insultar a la gente solo porque no me gusta lo escribe?, ¿con qué autoridad moral reprendo a alguien por lo que escribe?, si soy tan amigo de esa persona ¿no es más educado preguntarle en privado qué sucede antes de insultar?
Lo mismo sucede cuando los medios de comunicación postean noticias en sus perfiles, ojalá relacionados con la política, la gente se vuelca a comentarlas y hasta se pelean entre ellos si una sola persona se atreve a ir contra la corriente.
Si estoy enojada, quiero desahogarme, expresar mi dolor por medio de mi perfil de Facebook, sin que eso afecte el orden público, ¿por qué carajos me tienen que insultar?, ¿no creen que aveces se nos va la mano juzgando a la gente en vez de escucharlos o ayudarlos?..

lunes, 27 de septiembre de 2010

Alejarse del mundo

Aveces ocupamos alejarnos del mundo, necesitamos respirar, estar solos, meditar, reflexionar, a veces queremos llorar nuestra frustración en privado, sin necesidad de tener una persona a la par preguntándonos "¿qué pasa?".
Me hace gracia que cuando una persona quiere sufrir en soledad siempre hay quienes le dicen "soy tu amigo, podés confiar en mí" y no es que uno no quiera confiar, es que hay ocasiones en que es necesario vivir solos el dolor, sin escuchar consejos que en ese momento nos parecen molestos y trillados.
Aveces ocupamos un espacio para saber qué hacer, cómo actuar, qué paso dar, no es ser egoísta o mal amigo, sino simplemente es ser una persona independiente que le gusta resolver sola sus crisis sin necesidad de andar buscando las opiniones de los demás.
No es ser orgulloso, pero hay quienes prefieren o preferimos llorar o derrumbarnos en privado que en frente de los demás.
Aveces es necesario alejarse del mundo, es necesario el silencio y la soledad para secar las lágrimas, ponerle curitas a las heridas y sentarse a recuperar fuerzas. Aveces es necesario sufrir en silencio para pobrar nuestra fuerza interior.
Y repito, no es un asunto de egoísmo, sino que, como me dijo una vez un psicólogo: uno llegó solo a este mundo y se va a ir solo, por eso, es necesario aprender a estar con uno mismo, sufrir y alegrarse con uno mismo, solo así podemos enfrentar a los demás.
Aveces es nesario alejarse del mundo para saber quiénes somos y de qué estamos hechos, ¿no creen?

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cuando no hay explicación humana...



Ayer conversaba con mi vecina y me contó que hace dos años su hermana quedó embarazada, pero, la bebé nació con una deficiencia entre el tórax y el pulmón y murió a los 9 días. Durante el velorio, ella decía: "¡Dios!, ¿tan mala persona soy que no merezco ser madre?" y que cada vez que mi vecina regaña a sus hijos (que son bastante traviesos por cierto), su hermana le reclama y le dice que ella no sabe lo que es ser madre y que si nos los quiere mejor se los dé a ella.
Creo que todos nosotros conocemos historias de este tipo: de padres que perdieron a sus hijos a horas o días de nacidos, personas que murieron en un accidente o por una enfermedad que no fue detectada a tiempo. De igual forma les pregunto: ¿cuántos de nosotros no hemos visto caer a pedazos nuestros sueños cuando estábamos a un paso de alcanzarlos?
Todas estas injusticias nos hacen preguntarnos si existe un Dios, los que somos creyentes nos llevamos una regañada de las bellas y hermosas y nos dicen: Dios sabe por qué hace las cosas, Dios tiene un propósito... y por dentro decimos:  "bonita forma de demostralo".
Aveces atravesamos o vemos seres queridos atravesar pruebas normales, en otras ocasiones sentimos que nos caen las siete plagas de Egipto versión 2010 y no entendemos por qué ni para qué.
Para estas preguntas no hay explicación científica ni humana ni religiosa, solo el Ser Supremo la tiene y nos la revela a su tiempo.
Me gusta pensar que todos tenemos un propósito en esta vida (este es el único razgo que me quedó de la niñez) y que en ocasiones necesitamos caernos, llorar, gritar y caminar por el peor de los  desiertos para lograr nuestra meta.
No hay explicación humana para una tragedia, para una pérdida, para una derrota personal, pero como que a su tiempo, la explicación viene del Cielo, ¿nos les parece?

viernes, 10 de septiembre de 2010

Opinión diferente...¿amargado?

Ayer que se celebró el día del niño, el 90% de mis contactos pusieron en su Facebook su foto de infancia y postearon mensajes alusivos, yo me abstuve porque hace años dejé de celebrar un día meramente comercial y sin sentido y me atreví a poner en el caso de un pequeño al que conozco que en días recientes fue golpeado por su papá y pregunté qué clase de "día especial" iba a tener este niño y hasta puse que me valía arruinar la celebración pero tenía que contar eso.
Eso me hizo pensar en las veces que he salido con un "domingo 7" y me he ganado más de una "regañada" por ser amargada, veamos: odio navidad, la serie "Friends" me parece estúpida, detesto el festival de la luz, los carnavales, los topes y las fiestas de Palmares; las películas de Harry Potter y el señor de los anillos me parecen tontas y ni en esta ni en la otra vida las podré entender (que lo diga mi novio que se ha cansado de explicarme el Señor de los Anillos y ya se dio por vencido) y así por el estilo.
También pienso en las veces que algunos ciudadanos son "atacados" en las redes sociales por sus comentarios, esto se da mucho cuando los medios de comunicación postean alguna noticia y se desata la lluvia de comentarios (algunos buenos, otros patéticos).
Todo esto me hace pensar si opinar diferente a la mayoría es "pecado", si el hecho de que no me guste lo que al 50% de las personas sí, me hace un "amargazón". Si el abogado que interpuso el amparo en contra de los retenes en realidad se sintió humillado cuando lo detuvieron (apoyo los retenes, por aquello).
¿Cuántos tienen una opinión diferente y por miedo se callan?, ¿cuántos han  o hemos sido calificados de odiosos porque no nos gusta "x" o "y" carajada?.
¿Tener  una opinión diferente es ser un amargado?.. les dejo la inquietud

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sincero, pero con precaución

En uno de los capítulos de "Smallville", Chloe, Peter y Clark fueron infectados por un "bicho" que los inhibía, así que los tres les cantaron sus cuatro verdades a todos los que se les cruzaban en su camino. Recuerdo que mientras lo veía decía: "¡qué chiva tener las agallas de decir las cosas como son!".
Yo admiro a quienes no tienen miedo de hablar "sin pelos en la lengua", por eso me encantaba ver las críticas de Simon Cowell en "American Idol", me fascina y envidio a quienes no les da miedo expresar lo que piensan de algo o de alguien, aunque eso les signifique un problema.
Seamos sinceros, más de una vez nos hemos topado con gente que con sus groserías nos ofenden o nos cansan y nos mordemos la lengua mientras recordamos el dicho popular "calladito más bonito"; más de una vez nos encantaría ver a los ojos a alguien y mandarlo a comer espárragos, tal y como lo hizo Jim Carrey en "La Máscara", tener aunque sea por unos segundos el don de la sinceridad y usarlo.
Si bien es cierto es mejor decir la verdad, pero también tenemos que ser precavidos en cómo lo decimos, ya que hay quienes  por jugar de "bromistas" pueden herir sentimientos y ganarse un papel higiénico.
Yo creo que a todos nos gusta que nos digan la verdad, que si estamos "metiendo la pata" nos lo hagan saber; tener la caridad de decir lo que nos molesta sin ser groseros, dar un consejo sin ser imprudentes o "metiches", recordemos que todos somos humanos y cometemos errores.
Practiquemos la sinceridad con respeto y prudencia, si alguien nos molesta con su actitud o sus comentarios, respiremos hondo antes de decirle a esa persona que le "baje dos rayitas" a su actitud; por el contrario, si  somos nosotros los que tenemos que "calmarnos", escuchemos sin enojarnos.
Sinceridad, pero con precaución.