viernes, 22 de abril de 2016

Algo más que una cara bonita






Hace unos días critiqué una nota de Teletica Deportes donde, asombrados, mencionaban lo
linda que la surfista brasileña Maya Gabeira y digo asombrados porque hablaban más de sus atributos físicos que de su desempeño como deportista profesional.

Semanas atrás,  una amiga y colega escribió en su facebook que se alegra de ver mujeres en el área de periodismo deportivo, pero que los medios deberían de hacer notar su trabajo y no la forma de vestir. Igual circula una imagen de Mitchelle Obama, quien es abogada, graduada de las mejores universidades de Estados Unidos, pero la prensa solo reseña su guardarropa.

Escuché a una mujer preguntar qué hay de malo con ser coqueta y no, no lo hay, no es malo serlo, no es malo cuidar la apariencia, andar con la ropa limpia y planchada, arreglarse, vestir bonito, nada de eso está mal, pero pareciera que solo en eso se fijan los medios y la sociedad, en especial cuando la dama es una figura pública.

Todas tenemos esa amiga, tía, prima que siempre anda impecable, parece modelo de revista, ni un cabello fuera de su lugar, todo su atuendo combina, tal vez vos sos una de ellas y repito, no hay nada de malo en eso.

Igual conocemos a quien se pone lo primero que le aparece en el cuarto, que le da lo mismo si anda peinada, ni siquiera se fija si algo le combina, simplemente se lo pone.

El malestar, repito, es cuando solo por eso se nos señala, cuando la sociedad y la prensa solo informan si la Primera Dama, la deportista, ministra, diputada o presidenta ejecutiva está “in” o “out” en la moda y su trabajo pasa a segundo plano, porque solo importa si usó los colores y el peinado adecuados.

Hace unos meses entrevisté a Abril Gordienko, abogada, experta en temas políticos, una mujer muy preparada, ella fue candidata a la segunda vicepresidencia por el Movimiento Libertario y me contaba que era frustrante primero no poder hablar de su área de estudio, le dieron la agenda social y segundo, le pasaban preguntando qué se iba a poner el día de las elecciones.

Ella me decía que le gusta arreglarse, pero quería hacer tanto en la campaña, hablar con los medios de algo más que ropa y maquillaje.

Tampoco se trata de salir a la calle como la loca del barrio o como cierta diputada del Frente Amplio que llega en chancletas a la Asamblea Legislativa, incluyendo las Sesiones Solemnes del 1º de mayo que tienen establecido su protocolo, nada cuesta mirarse al espejo y pasarse el cepillo.


Igualdad y equidad van más allá del respeto, del patético y aberrantes "las y los", es también el reconocimiento de logros, pero pocas veces escucho que los hombres políticos y futbolistas son juzgados por usar la misma corbata tres veces seguidas, por no combinar bien sus piezas de vestir o que la prensa los llame “el guapo delantero, el atractivo ministro, el sexi presidente”, ¿o sí?

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