viernes, 4 de septiembre de 2015

El centro del universo





Así como todos conocemos a alguien que se lleva bien con el mundo entero, menos con uno, igual conocemos a alguien que parece ser el centro del universo; no me mal entiendan, hay personas que atraen las miradas, que no pueden pasar desapercibidas, se roban el show.

Pero hay otros que se creen el Sol, sí, esa persona que, cómo no sé, pero logra tener cerca un séquito de seguidores y convencer a más de uno de cumplir su voluntad, esa persona cuyo tema favorito es él o ella, esa persona a la que es casi imposible llegar y contarle algo porque siempre atravesará el caballo y la conversación será un monólogo de su vida, muy aburrida de por cierto.

Exceso de atención en su casa dirían unos; fijo hijos únicos dirían otros (otro estereotipo); baja autoestima expresarían por allá, así que para poder entender un poquito por qué esa persona actúa así, le hice un par de preguntas a las psicólogas Marjorie Aguilar y Gabriela Sibaja para que ellas nos orientaran en este tema y no juzgar a priori.

La primera es qué lleva a un ser humano a creer que solo su persona es importante y que el mundo debe detenerse ante sus problemas, Gabriela Sibaja comentó que eso depende de muchos factores y de la manera en que exprese esta afirmación, en qué contexto lo hace y cómo se lo hace saber a los demás,  “puede ser que esté buscando atención, una baja autoestima, que lo use como vía de escape  o que nos encontremos frente a una persona con una situación como un trastorno de fondo”.

Por su parte, Marjorie Aguilar indica que es un asunto de existencia humana y empatía: “en el momento que existo y tengo conciencia de ello,  todo va a girar en torno a esa existencia, incluso los problemas.  Se une con la capacidad empática de todo ser humano, algunos seremos  más empáticos y tenemos conciencia del problema del otro; mas otros no.  Dependerá de rasgos de personalidad, sociabilidad y experiencia humana”.

Una característica típica es que estos soles terrestres se sientan y te cuentan su vida y milagros, y los de su familia, a veces son detalles tan íntimos que uno por dentro dice “creo que puedo vivir sin esa información” y uno quiere hacerle entender al rey de la conversación que se está pasando de indiscreto, sin embargo, ambas especialistas coindicen en que no hay recetas para manejar esta situación, pero la buena comunicación y las conductas asertivas son muy útiles.

Cuando alguien que no pertenece a ese club de fans se aleja del rey del momento, argumentan que esa persona lo cansa con sus quejas, como que le roba la energía, la máster Aguilar expresó que más que robar energía positiva, lo que hacen es removerle a uno situaciones pasadas y éstas son las que nos bajan emocionalmente, por lo que es mejor alejarse.

“En ocasiones se le presta atención emocional a ciertas personas o situaciones que nos pueden hacer sentir en un estado de agotamiento, de tristeza o de desgaste. Es importante aprender a identificar este tipo de situaciones y de personas para no asumir más de la cuenta”, aconsejó Sibaja.

Tratar con alguien así es complicado, pero igual ambas psicólogas lo que recomiendan es paciencia: “el ególatra lo que esconde con su conducta es una inmensa fragilidad emocional  y solo mira la realidad a través de su infalibilidad.  Por lo que no debemos intentar cambiarlo.  Es no adularlo, idolatrarlo, más tratarlo como un individuo común, sus historias verlas normales y probablemente éste sea el que se retire o acepte tu naturalidad al aceptarlo”, indicó Marjorie Aguilar.

Por su parte Gabriela Sibaja declaró que hay que desarrollar una relación cordial que se enmarque dentro del respeto, no exagerar en la atención que se le preste y evitar una relación tensa de confrontaciones, sino conocer acerca de este tipo de personalidad y saber qué esperar.

Ya lo saben, si están cerca de una persona así traten de no criticarlo, más bien tenerle paciencia y no darle mucha pelota.


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