Iba un día de estos
en el bus, detrás de mí fulana y mengana conversando:
Fulana: ya está todo listo para
la despedida de zutana, ya tenemos la reservación, “x” va a comprar los
sombreros y antejos y “y” va a hacer el marco para las fotos, va a estar
demasiado chiva…
Mengana: ¡ah bueno!, fulano y yo
llegamos como a las 9 entonces, es que primero....
Fulana: ¿cómo que fulano?, a
ver, ninguna va a llevar pareja, ni siquiera perenceja que está recién casada.
Mengana: ¡ah no, qué pena con
ustedes!, pero ese mae va conmigo, para eso me lo conseguí, para no andar sola,
eso de parejas que salen cada uno por su lado nada qué ver…
La conversación
siguió, pero en mi mente quedó grabada esa última oración: “para eso lo
conseguí, para no andar sola”, ¿cuántas veces hemos escuchado o dicho esa
frase?, ¿cuántas veces hemos depositado
nuestras inseguridades en una relación sentimental, de amistad o incluso un
trabajo con tal de no quedarnos solos?
Pareciera que,
primero, las personas le tienen pánico a su propia compañía, verse solos ya sea
en la casa o en una reunión es pero aterrador, sí, es lindo compartir, qué
aburrido estar en una fiesta y no tener con quien conversar o bailar, pero el
tema aquí es el miedo de estar con uno mismo.
Y es que no importa
que estemos en la mejor compañía y en el lugar más bello de este mundo
pasándola de lo mejor, si yo estoy incómoda con yo se me va a notar y me será imposible
disfrutar del momento.
Este tema ya lo he
tocado muchas veces y he recibido más de una crítica de personas cercanas a mí ya
que según ellos les mando indirectas y les paso diciendo que se vayan solos a
la playa o a un bar y no es eso, si lo quieren hacer se los recomiendo por
cierto, es toda una experiencia. O también que critico el compartir con los
demás, ¡tampoco!
El punto es el
miedo a mi compañía, el pánico a mi yo, la necesidad de estar con alguien, el
terror que se le tiene a la palabra “independencia” cuando se está en una
relación; mientras yo le tenga miedo a yo, el mundo me parecerá un lugar
terrible y me aferro a lo qué sea y a
quién sea, aunque me dañe.
No quiero hacer muy
larga esta entrada, así que les dejo este link de una charla de Walter Riso
titulada “La soledad afectiva”, no soy fans del él, pero lo que dijo me pareció
súper interesante: Si no sabemos manejar
la soledad, si no estamos acostumbrados a ella o si le tememos, seremos
personas vulnerables en el amor, predispuestos a padecer con más intensidad el
dolor de una separación, de una infidelidad o de un rechazo afectivo. https://www.elartedesabervivir.com/guias/como-afrontar-la-soledad-afectiva-29
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