El post de mi amiga Irene
Rodríguez me llamó poderosamente la atención: estaba indignada por una
entrevista que el programa Buen Día realizó ese lunes en la mañana y al leer
los comentarios, tuve que dar click en el enlace, quedé con la boca abierta.
“¿Qué cosas espantan a los
hombres de las mujeres?” era el tema, patético desde un inicio por cierto,
luego presentaban a mujeres al parecer independientes y trabajadoras que no
encontraban pareja.
No me voy a poner a contar la “entrevista”,
creo que todos la hemos visto, sí debo apuntar que primero nunca hablaron del
tema, se les hizo un “arroz con mango”, los tres “invitados”, la experta y el
periodista hablaron de todo, menos de eso.
Los 20 minutos de “conversación”
fueron para que los cuatro panelistas dejaran en claro que el hombre paga,
invita, llama, está obligado a tener la iniciativa; la mujer tiene que ser
chineadora y sumisa. Censuraron a las damas que corren con sus gastos o que
llegan por sus medios a una cita, incluso a aquellas que entablan conversación
con la persona que les atrae, porque eso las hace ver como “atacadas y desesperadas”.
El gancho al hígado, en lo
personal, fueron las declaraciones de la modelo Catalina Mendieta, diciendo que
una mujer, mientras no esté casada, tiene que producir, es sumisa al hombre, lo
apoya en las decisiones y se queda callada aunque esté cometiendo un error.
La cereza en el pastel, la
psicóloga al afirmar que en el fondo todas las mujeres desean ser esposas y
madres, es mentira cuando dicen lo contrario ya que no se quieren quedar solas.
Ese tema de la obediencia a
ciegas me parece espantoso, sin embargo no soy casada, nunca lo he estado y no
puedo opinar con conocimiento de causa, pero los comentarios de amigas que sí
lo están externando su molestia por semejante insinuación no se alejan de mi
forma de pensar: que la pareja es un equipo y ambos deciden, lo que afecta a
uno repercute en el otro.
Siento que el ataque fue a esa
mujer sin miedo, que se enfrenta todos los días al mundo y rompe esquemas, por
eso pregunté en mi facebook qué es una mujer independiente, esta son las
respuestas:
Tomar decisiones, no depender emocionalmente ni
económicamente de nadie, con deseos de superación, que sabe que es una persona
completa, repito, siento que eso fue lo que se criticó.
Ahora, volví a
preguntar si una mujer empoderada espantaba a un hombre, solo tuve tres
respuestas y reproduzco las únicas dos con contenido:
Cada quien tiene su forma de
pensar, pero decir que la mujer mientras esté soltera tiene que trabajar me parece
un retroceso y desestima el esfuerzo que todos los días realizan miles de damas
que laboran fuera de sus hogares, van a la universidad o a cursos, se preparan,
están planeando montar su propia empresa o son sus jefas.
Asegurar que una fémina se casa
solo por no quedarse sola es otro terrible argumento, de nuevo, desmeritar el
matrimonio, insinuar que la decisión se tomó por miedo y no porque yo como
mujer quiero seguir construyendo mi proyecto de vida y formar otros al lado de
esa persona que elegí como compañero (a).
¿Qué hay mandonas?, sí, todos
tenemos a esa amiga, conocida o familiar que o se hace lo que ella dice o se
hace lo que ella dice. ¿Mujeres que esperan que el hombre pague todo?, sí;
¿controladoras y celosas?, también, para mi última relación formal una amiga me
aconsejó que le revisara a él su correo electrónico, mensajes y llamadas,
también que me hiciera amiga de los vecinos y familia para que me informaran a
qué hora entraba y salía de la casa, no es broma, se los juro por Chayanne.
Todavía hay camino que recorrer
hacia la equidad y el respeto mutuo, damos pasos, exigimos espacios, pero
también debemos cambiar discursos y aprender de los demás, dejar ese pleito
absurdo entre machismo y un mal entendido femenismo que a nada nos lleva, solo
a pegar cuatro gritos.
Por cierto, no cederle un asiento
a una mujer embarazada, ayudar con bolsas o a cambiar una llanta no es por el
feminismo, sino por falta de educación.
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