Pocas veces me gusta conversar
sobre política porque este tema, al igual que el fútbol y la religión, enciende
demasiadas pasiones y posiciones sumamente encontradas, sin embargo, con el
tema de la Señora Presidenta
de la República Laura
Chinchilla, la demanda por delitos contra el honor y el monitoreo de las redes sociales, voy a expresar mi opinión, y puede
que me gane uno que otro comentario marca diablo.
Uno de los pasatiempos favoritos
de los ticos es criticar y hasta insultar a los políticos de turno, crecemos
con esa costumbre: “es que fulanito es un ladrón, zutanito se robó tanto, solo
para eso se meten a la política, para ganar plata fácil”, estos comentarios los
escuchamos en nuestras familias, barrios, en el bus, en la calle, en la soda y
en cualquier lugar de este mundo, ¿o me equivoco?
Ahora con las redes sociales,
este mal llamado derecho de libertad de expresión cobra más relevancia, porque
ya no solo hago el comentario en la acera de mi casa, sino que lo hago en una
red social (sea cual sea) y si el objeto de mi crítica o malestar no pasa por
un buen momento, recibo aquella avalancha de aceptación.
En periodismo, nos enseñaron que hablar
es muy fácil y que el papel aguanta todo lo que le pongan, pero que siempre debíamos
presentar pruebas que respaldaran nuestras palabras.
Laura Chinchilla, como ciudadana,
quiere entablar acciones legales porque su honor, de acuerdo a su criterio fue
herido, ¿acaso si a alguno de nosotros, simples mortales, viene otro y escribe
en nuestro muro o en el suyo insultos, o nos llama ladrones nos vamos a quedar
de brazos cruzados?, no verdad. ¿Monitorear las redes sociales va en contra de
la ley?, pues a mi criterio no, ¿qué acaso no hacemos lo mismo para enterarnos qué
pasa?
Si la demanda prospera, sentará
un precedente, igual que el fallo del Juzgado Tercero Civil de San José en
favor de un ciudadano, el cual demandó por daño moral a una entidad bancaria
privada por llamarlo a su celular para ofrecerle una tarjeta y lo único que
faltó fue que a este muchacho lo nombraran hijo predilecto y mariscal del
Festival de la Luz.
¿Si Chinchilla fuera hombre, lo
criticarían tanto?, ¿en este país se está prohibiendo el acceso a Internet y a
las redes sociales?, ¿se está enviando a cada tico un reglamento sobre qué
publicar y qué no? Creo que si ella fuese una desconocida, sería heroína
nacional y le dirían “no se deje”
Sí señores, vivimos en un país
libre, soberano e independiente, donde cada cuatro años elegimos a nuestros
gobernantes, pero en mi criterio, libertad de expresión, crítica destructiva,
insultos y opinar con las bilis no son ni serán sinónimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario