Ayer Franklin Chang se convirtió en el primer latinoamericano en formar parte del Salón de la Fama de la NASA, es decir, entró a las grandes ligas.
George Nelson, astronauta, fue el encargado de brindar las palabras introductorias: destacó al joven que llegó a la NASA sin saber hablar inglés, entró a la universidad y consiguió la ciudadanía estadounidense, todo para lograr su sueño.
Chang no se quedó atrás, emocionado indicó que está al lado de quienes considera sus héroes, reconoció que llegó a Cabo Cañaveral solo con sus sueños, agradeció, en un perfecto español, el apoyo de su madre y sin miramientos reconoció que está ahí gracias a la ayuda de muchas personas y que nadie puede lograr nada sin el apoyo de otros.
Ese discurso de Chang es toda una lección de humildad y vida: muchos juegan de vivos y prefieren aparentar lo que no son para no "darse por menos", otros, al lograr su objetivo, se olvidan de aquellos que los apadrinaron y mencioné arriba lo del perfecto español porque hay más de un polo que hace una mezcla de idiomas...
Luchemos por nuestros sueños, hagamos sacrificios, con humildad reconozcamos nuestras debilidades y las hacemos fortalezas, en cada paso agradezcamos a Dios su ayuda, que no nos tiemble la voz para reconocer el apoyo que otros nos dieron. Y como dijo alguien en Twitter: sigamos el gran ejemplo de Franklin Chang.
5 de mayo de 2012 pasará a la historia como el día en que Chang dio cátedra de profesionalismo y humildad.
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