sábado, 15 de enero de 2011

Al respecto de los divorcios y del matrimonio

Hace unos días el periódico La Nación publicó las estadísticas de divorcios en el país, números realmente preocupantes porque cada vez más personas deciden firmar el acta de divorcio, la nota dice que en diez años hubo un aumento del 63%. (La Nación 13/1/2010).

Gloria Álvarez Desanti escribe de eso en su blog La Política de Hoy (http://lapolticanacionalenlasnoticiasdehoy.blogspot.com/), incluso hace alusión a un artículo de opinión “La locura de casarse” publicado por mi gran amigo Rafael León, que por cierto tuve el placer de ir a su boda y hasta me tocó el ramo.

Doña Gloria habla de su experiencia de 42 años de matrimonio, ahora, ¿qué puede decir una mujer soltera y sin novio de 30 años sobre la vida en pareja?, nada, sin embargo tengo mi punto de vista, por eso me atrevo a opinar de este tema.

Como hija de padres divorciados, hay diferencias que son irreconciliables, por eso en ocasiones es mejor separarse que seguir en una relación que va camino a convertirse en un infierno.

Conozco personas que se han divorciado y con una fortaleza increíble se han reinventado asimismas y siguen su vida sin mirar atrás, algunos se han vuelto a casar y son muy felices.

También estoy rodeada de matrimonios fuertes y estables, parejas que se conocen desde los 15 años, pajeras que pasaron por problemas de infidelidad, deudas, vicios, la muerte de un hijo y con la ayuda de Dios y asistiendo a terapia salieron adelante y son ejemplo de superación.

Creo que el asunto aquí radica en una mala educación, por ejemplo una vez una amiga de mi tía se maravilló porque estaba de “visita” en la casa de mis abuelitos, y lo entrecomillo porque siempre voy, la señora me preguntó si era casada, le contesté que no y me respondió: “¡qué bien!, porque una vez que se case tiene que hacer lo que su marido diga”, y como muchos crecieron con esa idea, los malos entendidos se convirtieron en batallas campales.

Otros dicen que prefieren vivir primero en unión libre antes de casarse y sus papás pegan el grito al cielo porque eso va en contra de las creencias y qué va a decir la gente, y hay quienes nunca cortaron el cordón umbilical y siguen pegados a las faldas de mami y papi y no muchos aguantan tanta dependencia.

Antes de formar una vida en pareja, primero tengo que quererme, conocerme a mí mismo, haber terminado mi carrera, aprender a manejar mi salario, saber cuáles son mis fortalezas y debilidades, en otras palabras, casarme conmigo y luego, con otro

Matrimonio es un proyecto de vida, es construir un futuro al lado de la persona que se ama, no es un cuento de hadas, es compartir y caminar, yo quiero y sueño con formar ese proyecto de vida, ¿con quién?, eso solo Dios lo sabe.

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