miércoles, 29 de diciembre de 2021

2021: un año emocionalmente agotador

 



Normalmente el 31 de diciembre me causa cierta ansiedad, recuerdo que el año pasado estaba viendo el resumen de noticias y tuve un presentimiento: “son ideas mías”, me dije, sin imaginarme la montaña rusa que me esperaba.

La muerte de mi abuelita me sacó de balance, sencillamente hizo que me desconectara por unos días del mundo y estuviera como en una especie de limbo por algunos meses.

Y justo cuando mi mente comenzaba a estabilizarse, otras personas cercanas a mi iniciaron su Pascua eterna y cada vez que me enteraba del fallecimiento de alguien yo me preguntaba “¿y ahora quién sigue?”.

A esto le sumo otra serie de temas que me llevaron a padecer un cuadro agudo de estrés, con su incapacidad de tres días: “baje el ritmo”, me decía el médico mientras trataba de normalizarme la presión…

Sí 2021: fuiste sencillamente desgastante, por un momento pensé en dejarlo todo y salir corriendo, pero una vez más Dios me dio las fuerzas necesarias para salir adelante y nunca me soltó de la mano.

Gracias  porque me ayudaste a entender muchas cosas y a soltar otras, y aunque me quebraste el alma, gracias.

Hagamos un trato 2022: des-pa-ci-to con las sorpresas, recordá que no son muy buena con ellas, es más, recordá que yo de las que busca la sinopsis de la película o se lee primero el final del libro. Así que por favor, despacio y con buena letra, no quiero más visitas a la clínica.