domingo, 8 de abril de 2018

Cuando toca despedir


Nunca he sido buena para las despedidas, no me gusta perder, no me gusta que se vayan, no me gusta que me dejen, en especial mis seres queridos.
En estos años he sufrido tres despedidas fuertes y mientras la mayoría del país estaba pendiente de los resultados de las elecciones, yo veía NCIS Los Ángeles y escribía.

Jueves 1 de diciembre de 2011

Mi primera despedida en época adulta fue mi abuela Nelly, la viejita, como le decíamos de cariño, dijo que ella moría en su cama y en su casa y así fue. Los doctores nos sugirieron que tuviéramos todo listo, cuando mami iba al cuarto a saludarla en la mañana, yo estaba con un ojo abierto y otro cerrado, la escuchaba contestar y yo me dormía tranquila.
El día antes de su partida noté un comportamiento raro en Missy y Toby: Missy entraba al cuarto, le movía la cola y salía, no se subía a la cama como era su costumbre, Toby se quedaba en el pasillo.
Mami todavía estaba trabajando, entraba a las 8 am por lo que se levantaba a las 5:30 am, como era costumbre fue al cuarto y luego me llamó a gritos diciendo que no estaba respirando me levanté en una pieza y fui al cuarto a verificar el pulso, mami tenía razón.
Ahí fue cuando caí en la cuenta que siempre tiene que existir un plan de acción y alguien ser el mandón, bueno, esa fui yo: calmar a mami, llamar a los paramédicos, a la doctora, a mis primas, a mi hermano, donde mi papá que estaban muy pendientes, coordinar con la funeraria, recuerdo que el muchacho me preguntó “¿qué tipo de caja quiere?” y yo muy bella respondí “ay no sé, la primera que aparezca”.
La doctora llegó a examinarla, ya para ese momento yo medio me había bañado y tenía cuatro tazas de café en el organismo con un medio desayuno, mami quería saber si la ayudaba a vestirla y respondí “no mamita, alguien tiene que mantenerse cuerdo”.
Ver un féretro en la sala de tu casa es una pesadilla, después que se la llevaron mi prima Candy prendió un cigarro y me dio uno, mi hermano Carlos me regañó por fumar, luego ellos con mami se fueron a seguir con los trámites, yo me puse a limpiar mi cuarto porque sencillamente ocupaba hacer algo, cuando doña María, quien nos ayudaba en la casa, se fue, yo seguí el consejo de Gina, otra de mis primas y entré al cuarto de la viejita a llorar, a hablarle, a decirle tantas cosas que se quedaron en el tapete.
El teléfono no paraba de sonar, consultaban si se iba a tener una buseta para ir al cementerio, ¡quién putas pregunta eso, ni que fuera Palmares!, no fui al velorio ni al funeral, sentía que era más útil en mi casa alistando la comida y de recepcionista.


Lunes 19 de setiembre de 2016

Eran las 12:30 pm cuando me monté al bus de Dulce Nombre, revisé mi celular y vi una notificación de mensaje de texto, de inmediato lo supe: mi abue Rel había muerto.
Siempre fue un hombre muy sano, las sardinas, el ajo y el hombre grande eran sus aliados, una vez me dijo: “cuando me muera, ahí mismo me entierran, si me muero a las 9, abren un hueco y ya, nada de velorio y funeral, bonita cosa de estarle dando café a la gente para que hablen de uno”.
Yo en ese momento trabajaba en un proyecto, mandé un correo contando la situación, llegué a mi casa, me senté en mi cama, prendí el tele y así estuve creo que como dos horas hasta que papi me avisó que ya estaban en la capilla de velación, ese día el Turrialba hizo fiesta y todo era gris, Carlos, papi y Carolina mi cuñada se pusieron a limpiar un poco, entré a saludar, sentía que me daba un ataque de claustrofobia y salí, no tenía fuerzas para estar adentro, llegaban a abrazarme, esos abrazos que se sienten hasta el alma, qué me decían no recuerdo, pero no hacía falta, el abrazo lo era todo.
Le pregunté a mi papa hasta qué hora se quedaban, él sacó unas llaves y me dice: “hasta la hora que queramos, vea donde me dieron las llaves” y yo duré 10 minutos riéndome, me hizo demasiada gracia.
Al día siguiente me alisté para irme al funeral, iba en el bus de Dulce y casi termino arrancando cabezas, por lo que en Moravia opté por un Uber, preferí quedarme en la casa barriendo y haciendo la comida, mi abue Sina estuvo de acuerdo, apenas  a mantenido tranquila,  me hab de acuedo en Moravia optrmino arrancando cabezas, no poda se pusieron a limpiar un pocolevantamieel carro se fue yo, que hasta entonces me había mantenido tranquila, me ataqué a llorar, me senté en la cama de él a llorar y mientras barría porque la casa rechinaba de ceniza, lloraba y hablaba con él, así hasta que una bolsa con marsmellows me tranquilizó.



Domingo 1 de abril de 2018

Ese día ya estaba planeado, había dormido donde mami para votar temprano y pasar tamaño rato chineando a Toby y Grey, el sábado en la noche estaba en el cuarto de mami conversando con ella y me llamó la atención que Missy veía mucho a la puerta, cuando me fui al cuarto me siguió, eso no es nada nuevo, a la negrita le gusta dormir literalmente debajo de las cobijas.
A las 6:10 am recibí un mensaje de texto de papi avisándome que mi tía Yami había fallecido, me quedé acostada preguntando: “¿y ahora qué carajos hago?”, le dije a mami, Grey estaba acurrucada a la par mía, Niko llegó corriendo a la cama para corretearla y luego saludarme.
Gracias a Dios ese mismo día fue el funeral, desayunamos, mami me dio dos veces fruta para mantenerme hidratada, se fue a votar, yo me alisté y caminé 1.5 kilómetros de mi casa al centro de votación, ver los carros y la gente me distraía, me mantenía enfocada y alerta.
Tampoco pude entrar a la capilla, otra vez los abrazos de cariño y las palabras a las que solo respondía “gracias”, me quedé afuera de la iglesia tratando de calmarme, Luis me llevó café y un chocolate que me dieron algo de azúcar y calma, aunque lo que necesitaba era una milkshake de chocolate con un barril de marsmellows y un pecanbon, mi tío Lucho me pidió dirigir unas palabras, ahí las piernas se me pusieron como gelatina, “¿qué putas iba a decir?”, bueno, caminé como la más digna al altar, cuando pasé a la par de tío y papi les dije “si me desmayo, me juntan”, sí, la periodista que hizo prla paciencia para leer todo el texto, no uerdo que nadie me toque, ni me vea, ni respirersmellows y un pecanbon, mi t me alistieáctica en televisión y pudo una vez sostener una transmisión estaba nerviosa, gracias a Dios pude hablar desde el ambón, qué dije no sé, pero al parecer me salió bonito.


Apuntes

Soy demasiado metódica, cuando me encuentro en una situación que me saca de balance, necesito estar sola, que nadie me toque, ni me vea, ni respire.
No recuerdo cuál pijama tenía puesta la viejita cuando murió, no recuerdo cómo era la caja de abue Rel, tampoco me acuerdo qué llevaba puesto mi tía la última vez que nos vimos.
Esta es la entrada más larga que he escrito, no sé si alguien tendrá la paciencia para leer todo el texto, creo que lo hago más como desahogo, por primera vez no estoy viendo los resultados de las elecciones, solo sé que ganó el Alvarado que es periodista.
A mi tía, a abue Rel y a la viejita, a ellos siempre los llevaré en mi corazón y serán  pilares en mi vida, tía: tal vez pronto aprenda a manejar y un día de estos me de una vuelta por el Puerto para comer ese ceviche que usted tanto disfrutaba, lo de los temblores lo quedo debiendo, quedarme sentada contando las veces que la lámpara se mueve no me simpatiza.