domingo, 2 de julio de 2017

La mañita de meterse donde no lo llaman

Uno de los deportes favoritos de esta sociedad, en especial la tica es meterse donde no la llaman, opinar cuando no se le ha pedido y sobre todo, juzgar.

Una amistad y su esposo lo viven, aunque de forma inteligente ha sabido sortear los ingratos comentarios acerca de sus decisiones de vida, en especial la de no ser padres, Juliana muy amable nos lo cuenta:

"Desde niña dije que no quería ser mamá, mis amigas jugaban con muñecas, me preguntaban cuántos hijos quería tener cuando fuera grande, mae, ¿a quién carajos se le ocurre hacer esa pregunta a una carajilla de 6 años que está botando los dientes de leche?

De adulta mi parecer no cambió, me dijeron que eso me iba a costar caro, no sé por qué, me enamoré de un hombre cuyo plan de vida tampoco incluye la paternidad y no le importó operarse antes de casarnos, era nuestra decisión. Cuando nos preguntan por los hijos y decimos que no queremos, de inmediato yo soy la bruja del cuento, la egoísta, la mala mujer, la que empuja al marido a la cama de otra para que la preñe y le dé hijos (ojo, darle, como si fuera un café).

Cuando él contesta que no puede tener hijos, lo hace al propio y se ahorra la razón, entonces cambia el discurso: pobrecito, qué le pasó, vamos a rezar por usted, con él sí hay compasión, nos indican los tratamientos y al decir que tal vez optaríamos por la adopción entonces la gente cae en cruz, porque cómo vamos a criar al hijo de otro.

La sociedad sigue viendo a los hijos como trofeos o como obligación, no como proyecto o plan de vida de una pareja o de una persona, las mujeres tenemos la obligación de engendrar y parir, de dar hijos, de hacer abuelos a nuestros padres, o sea, somos fábricas, no personas.

Si se quiere adoptar, como el caso de una de mis primas, también es criticada porque hijos solo los que se conciben, ¡ah!, pero a las parejas que demandaron al Estado por el tema de la FIV las tacharon de egoístas y las mandaron a adoptar, ¡uy gente doble moral!

Esta sociedad sigue sin superar ese tema, sigue opinando, mi vecina y su esposo optaron por no hacerle grandes fiestas de cumpleaños a los hijos, son dos, hasta que tengan 7 ú 8 años y disfruten, pero sobre todo, las recuerden, lo mismo con montarlos en un avión y llevarlos a Disney, ah pues ya los tachan de malos tatas porque los están privando de algo tan lindo como las fiestas temáticas donde hasta los calzones del cumpleañero es igual al diseño del queque, o sea, los chiquitos tienen 1 y 4 años, solo por las fotos sabrán que los vistieron de Woody o de Elsa.

En resumen señores, no se meta, no juzgue y no opine, que mi vida a usted y a los demás no le afecta, solo a mi, así que calladito más bonito"

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