martes, 25 de noviembre de 2014

Mis sueños y los tuyos






"Nada de lo que yo había soñado para ella se hizo y me duele mucho, yo tenía tanta ilusión", le decía al borde del llanto una señora un día de estos a una amiga mientras viajan en el bus y yo las escuchaba en el asiento de adelante, como nos montamos al mismo tiempo pude conocer toda la historia: la hija de la señora se va a a casar en estos días y ella y su novio decidieron hacer una ceremonia sencilla y costearla ellos, sin embargo, la ilusión de esa dama era hacerle a su hija una gran fiesta con vestido largo, palomas y toda la cosa y como eso no pasó, ella se sentía destrozada.

¿Y es que cuántas veces nosotros hemos depositado en otras personas nuestros sueños, frustrados el 99% de ellos, e ilusiones?... muchas, ninguno de nosotros ha escapado de esa práctica, creemos que porque a nosotros nos gusta o nos parece algo, a la otra persona igual tiene que gustarle, si va por nuestro mismo camino las cosas marchan de maravilla, si se desvía un poco o agarra en la dirección contraria inician los pleitos, los reclamos y el sufrimiento, como el caso de esta señora.

Les cuento otra historia: una profesora de la universidad nos habló de un amigo de ella cuyo papá es abogado y su sueño era que su hijo siguiera sus pasos, el muchacho se graduó de leyes, llegó con el título y dijo: "tome papá, aquí está su sueño, ahora yo voy por el mío", dejó todo y se fue a Italia a estudiar pintura, hoy por hoy es un reconocido artista y de su título ni se acuerda.

Una cosa es querer a alguien, desearle lo mejor, querer que triunfe en esta vida, que siempre esté bien, pero ¿qué sucede cuánto mis ideas son distintas a las suyas? y sobre todo, en aras de ese cariño que te tengo ¿respeto tu decisión?

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