sábado, 9 de julio de 2022

Y Cartaguito quedó campeón

 



Fueron muchas las veces que abue Rel y yo hablamos de Cartaguito campeón, lo veíamos como un imposible, era nuestro chiste favorito. 


Con este campeonato que finalizó, me imaginé todos y cada uno de los chistes que hubiésemos dicho, me imaginaba a abue Sina, liguista de cepa, recomendando a los jugadores manudos ir al mercado central a comer olla de carne para "retomar energías" y casi estoy segura que hubiera apoyado a Cartago, porque "qué Liga más mala". 


Conforme se acercaba la final y se asomaban las banderas blanquiazules, la gente en la calle se identificaba con la causa: "ojalá que ganen", era la consigna. 


Y Cartaguito quedó campeón y me puse feliz, y pensé en todos los chistes que mi abuelito y yo hubiésemos dicho, y me imaginé la cara de frustración de abue Sina… 


Pero lo que nunca me imaginé fue lo que significó para miles de personas: un muchacho llorando en el estadio dedicando el gane a su papá fallecido, familias abrazadas, un nieto viendo por teléfono el partido con su abuelo, ancianos en la calle celebrando (https://www.facebook.com/703602417/videos/735951207605816)


¿Nos hacía falta una alegría colectiva?,¡claro!, después de dos años de pandemia e incertidumbre que nos complicó la vida y a muchos nos arrebató tanto, y que además polarizó a la sociedad, necesitábamos un triunfo, una sonrisa, felicidad...


A esa fiel afición, un abrazo y sigan celebrando, que lo tienen más que merecido.



domingo, 1 de mayo de 2022

¿Y cómo hacíamos antes?






Hace unos días me matriculé en un curso cuyas sesiones eran unos días virtuales y otras presenciales, el primer día la clase acordó que fueran 100% virtual.
Los argumentos para el cambio de modalidad eran las lluvias y las presas.

El viernes tuve un problema con la línea del celular y por unas horas no pude hacer llamadas ni acceder a internet. Por un momento sentí ansiedad por estar incomunicada.

Una de mis compañeras contaba que cuando ella ingresó a estudiar secretariado aprendió a escribir en máquina, luego trabajó con las eléctricas de pantalla, recordó las cintas de corrección, los papeles de colores con el papel carbón, además de la taquigrafía.

Estas tres situaciones me hicieron pensar justamente en cómo hacíamos antes... Creo que todos llegamos pero estilando a la universidad porque nos llovió de camino o nos quedamos esperando a que escampara y en tiempos de exámenes salíamos antes justamente por las presas.

Primero no había celular, luego solo eran las llamadas, después los mensajes de texto y ya conocemos el resto de la historia... 

Y ni hablar de todo lo que nos facilita la computadora...

Nos vamos acostumbrando a todo y regresar a lo de antes cuesta, en especial cuando me facilita mi rutina.

sábado, 26 de febrero de 2022

Conviviendo con el covid

 


Cuando la agenda noticiosa y social fue tomada por el covid, yo traté de guardar la calma e informarme acerca del virus y las medidas de protección, recuerdo que incluso un día le dije a Luis “si me toca aislarme, me voy a un albergue, no te voy a exponer” y caí en cuenta que toda mi familia directa tenía algún factor de riesgo, ya me veía en Siquirres donde mi prima haciendo la cuarentena con Grey, Nikie, Akira y Tchalla (los michis de la familia).

Seguí las medidas recomendadas, bueno, no todas soy honesta, nunca lo logré con lo de la ropa ni desinfectar la comida, bromeaba con los doctores cuando decía que era inmune porque ando en bus.

Hace unas semanas, el bichito llegó a mi burbuja, ahora sí, a aislarnos.

Síntomas de un resfriado fuerte, el cuerpo que te pide descanso, yo tomando agua como nunca en mi vida, pasé dos días como si me hubiera atropellado el tren, dos días bien y otro donde sencillamente me desconecté de la compu y me acosté, ya el cuerpo no me daba.

Conversando con mi cuñada, ella me contaba que sus dos hermanos, su mamá y su cuñado también cayeron enfermos, casi al mismo tiempo que yo y ambas dimos gracias a Dios que nuestras abuelitas ya no están o no hubiésemos podido con sus preocupaciones.

Como me expresó Luis: bendito Dios que nos tocó esta sepa, bendito Dios que ya estamos vacunados los tres, bendito Dios que solo fueron síntomas de resfriado y salimos bien librados, solo con las molestias que de acuerdo a los médicos, se van en tres meses.

Le contaba a unos amigos que al covid hay que hacerle un examen siquiátrico, se comporta distinto en cada persona y a veces te hace pensar que te estás volviendo loco, porque me agitaba con solo barrer, me sentía hirviendo en fiebre y mi temperatura era normal, en lugar de dormir me daba insomnio, y a veces comía y a veces no.

Esto no es un invento del gobierno, se pueden olvidar de ¿cuál pandemia?, chiquillos, hay que cuidarse y vacunarse, el personal de salud que me atendió dijo que gracias a las dos vacunas, los síntomas fueron leves.

Siempre me han dicho que la salud es lo primero y ahora más que nunca, lo compruebo.