Un verdadero fallo, esto fue lo que sucedió hoy en los tribunales, los jueces decidieron absolver de toda pena y responsabilidad al empresario Oscar Rodríguez Baldí por difamar a la entonces Presidenta de la República Laura Chinchilla.
Aunque no se conoce en su totalidad el texto de la sentencia, los jueces determinaron que la publicación realizada en Facebook en la cual se aseguraba que Chinchilla era dueña de una finca y un proyecto eólico no era difamatorio. Asimismo, expresaron que quienes ostentan un puesto público tienen que tolerar los comentarios o críticas.
Durante el juicio el acusado no pudo demostrar que la finca era de la expresidenta, de hecho era de otro ciudadano con su mismo apellido y de los testigos que aportaron, solo uno llegó al juicio y no pudo declarar que lo publicado era cierto. Ah, y tras de eso, Rodríguez dijo que hizo copy paste.
Sin embargo esto no fue motivo suficiente para fallar en favor de Chinchilla Miranda, lo que permite que se utilicen las redes sociales para insultar y acusar sin pruebas a funcionarios públicos solo por eso, por ser funcionarios públicos.
Sí señores, una cosa es no estar de acuerdo con el actuar de un político, que me caiga mal, pero otra muy distinta es utilizar las redes sociales para despotricar sapos y culebras e insultar al por mayor y detalle y acusar sin tener pruebas. En una entrevista, tres legisladores manifestaron su preocupación por el fallo, igual lo hicieron expertos en derecho penal.
Aquí nunca estuvo en juego la libertad de expresión ni el derecho a solicitar rendición de cuentas, sino una acusación infundada, dos cosas muy distintas.
Repito, este fue un verdadero fallo.
Durante el juicio el acusado no pudo demostrar que la finca era de la expresidenta, de hecho era de otro ciudadano con su mismo apellido y de los testigos que aportaron, solo uno llegó al juicio y no pudo declarar que lo publicado era cierto. Ah, y tras de eso, Rodríguez dijo que hizo copy paste.
Sin embargo esto no fue motivo suficiente para fallar en favor de Chinchilla Miranda, lo que permite que se utilicen las redes sociales para insultar y acusar sin pruebas a funcionarios públicos solo por eso, por ser funcionarios públicos.
Sí señores, una cosa es no estar de acuerdo con el actuar de un político, que me caiga mal, pero otra muy distinta es utilizar las redes sociales para despotricar sapos y culebras e insultar al por mayor y detalle y acusar sin tener pruebas. En una entrevista, tres legisladores manifestaron su preocupación por el fallo, igual lo hicieron expertos en derecho penal.
Aquí nunca estuvo en juego la libertad de expresión ni el derecho a solicitar rendición de cuentas, sino una acusación infundada, dos cosas muy distintas.
Repito, este fue un verdadero fallo.
