martes, 28 de mayo de 2013

Buen viaje Kike






"En honor a la verdad el asunto es muy serio, pero voy a dar la pelea, sólo le pido a Dios me dé fuerza", esa fue la última conversación que tuvimos, precisamente el día de mi cumpleaños.

Fuiste un gran amigo y un gran profesor de periodismo y política, tuviste una vida llena de matices, te pasaba cada cosa más extraña y conocías cada personaje: "¿a qué manicomio te metés a hacer amigos?", te pregunté varias veces y siempre soltabas la carcajada y respondías: "yo sí que conozco gente rara". Era lo mismo con tus anécdotas, por algo mi tío Lucho decía que vos tenías que escribir un libro de tu vida.

Nunca tuviste miedo, afrontabas la vida, no te complicabas, le encontrabas solución a los problemas, como la vez que nos quedamos sin carro para los Juegos Nacionales de San José.

Me ensañaste que un periodista es ante todo persona, debía tener colmillo y olfato, ver más allá del bosque  y mantener la compostura. Me explicaste la política desde el punto de vista de un partidario, de todo lo que se cocinaba a lo interno y de que las reglas cambiaban a cada rato.

Tu corazón estaba dividido entre la Liga Deportiva Alajuelense y el Barrio México, quisiste la Segunda División y los Juegos Nacionales como nadie, realizaste tu sueño de tener tu propio medio.

Es complicado definirte como persona, solo puedo decir que fuiste un gran padre, amigo, hijo, hermano, profesor. Además de amante del café y del cigarro.

Muchas veces me dieron ganas de ahorcarte, te reclamaba esa calma y paciencia franciscana que te caracterizaban, cuando me contabas alguna anécdota que involucraba a tu mamá, yo expresaba: "tu santa madre a quien nunca conocí pero cómo la quiero", o "tus exesposas, algún día las quiero conocer y decirles que                                       soy la presidenta de su club de fans".

Te despediste a tu manera y yo lo hago a la mía, escribiendo en el blog como la periodista que soy, buen viaje Kike, ya estás al lado de tu mamá y de la mujer que nunca dejaste de amar, ahora cuidarás a tus hijos y a tus nietos desde el cielo, y ya sabe lo que le pedí cabrón y sé que lo vas a lograr, porque tenés una "hablada".

Gracias por todo Enrique Valverde.

Con cariño: tu Ritina