domingo, 28 de abril de 2013

La freak que viaja sola, ¿y?

Anfiteatro Romano, Mérida, España.




Tenía muuuucho rato de no escribir en el blog, una combinación de trabajo y cansancio mental provocados por factores externos me "chupaban" la energía, sin embargo, aquí estoy, tarde pero segura.

Uno de mis sueños es viajar, conocer distintas culturas, idiomas, probar toda clase de comidas, eso sí, no pretendo irme de mochilera, no señor, soy demasiado delicada y necesito una cama y un baño para mi solita.

Recientemente logré realizar uno de mis sueños: conocer España, primero iba a ir con mi mamá y luego ella me dijo que mejor fuera yo sola, algo que no es nada nuevo ya que acostumbro hacerlo, pero al parecer, en pleno tercer milenio y siglo XXI, las personas siguen con mentalidad tercer mundista y no entienden cómo alguien puede salir sin compañía, en especial una mujer y enfrentarme a la batería de preguntas estúpidas me hizo darme cuenta que soy, en cierta forma, un bicho raro, o una freak y me siento muy feliz de serlo.

"¿Pero cómo sola, qué va a hacer allá, y cómo va a llegar al hotel y las comidas, con quién va a hablar, quién la va a cuidar?", a ver, me cuida Dios, voy conmigo, voy a conocer y para algo existen los taxis y los teléfonos, y cuando las personas notaban que tenía respuesta a todas las "interrogantes" finalizaban con un: "qué valiente, yo no podría, eso me lo dijeron varios hombres.

Y así lo hice, a pesar de mi miedo a las alturas y lugares cerrados, por primera vez me monté sola en un avión (y cuando digo sola es sin familiares o amigos a la par), enfrenté  casi 20 horas de vuelo (ida y vuelta), crucé el charco y disfruté de las hasta hoy mejores vacaciones de mi vida, pero lo más delicioso fue pasar tiempo conmigo misma en un lugar totalmente ajeno: caminar por un monstruo de aeropuerto, enfrentar un clima de entre 8 y 18 grados, sentarme como una lugareña a pedir una copa de vino y un plato del que no tenía ni idea de que era, conversar con gente a las que les parecía lo más normal del mundo que estuviera de vacaciones sola y escuchar de otros turistas "¡es de Costa Rica, lindo país!".

Dejemos nuestros miedos y el "qué dirán" de lado, salgamos de la media, atrevámonos a ser freaks y se llevarán una gran sorpresa de lo que pueden lograr.