sábado, 10 de septiembre de 2011

Mis adorados vecinos: ¿alguien los quiere?



Tengo unos vecinos increíbles, son súper simpáticos, populares y educadísimos, sus hijos son silenciosos, nunca juegan en la calle de noche y menos a las 9 pm, sus modales son maravillosos, las poquitas veces que salen, porque siempre están en su casita estudiando, visitan todos los frentes de las casas del barrio sin hacer ruido alguno, en fin, son adorables.

 
Pero claro, ellos tienen dos grandes ejemplos a seguir: sus progenitores, personas cultísimas que apenas se escuchan, además, son la modestia personificada, por ejemplo, cuando arriban en sus autos tocan moderadamente la bocina y no aceleran su vehículo modelo 2013, esto para no despertar la envidia de los demás vecinos y llamar la atención de los amigos de lo ajeno.

 
Su grupo de amigos es selecto, casi todos los viernes y sábados un grupo de élite se reúne en la cochera de su casa para hablar de la actualidad nacional e internacional, discutir temas de economía y hacer sugerencias para mejorar las políticas nacionales de nuestro país. Es tan rico escucharlos, sus tertulias duran horas, casi siempre terminan a las 3 ó 4 am.

Mis adorados vecinos: ¿alguien los quiere?


sábado, 3 de septiembre de 2011

Me juro a mí mism@


Nos educaron para complacer a los demás, para vivir en función de los demás, muchas veces nos dijeron que era malo estar solo, que para ser feliz era necesario tener un millón de amigos y pareja, nos inculcaron a ver lo bueno en otros.

Pensar en nosotros, disfrutar de momentos a solas, no tener pareja y reconocer nuestras fortalezas era malo, sin embargo, no podemos estar en sociedad sino sabemos estar con nosotros mismos.

Es por eso que debemos hacer un juramento personal:

Amarme

Cuidar mi salud

Chinearme

Ser mi mejor amig@

Cultivar mi intelecto

Reconocer y fortalecer mis cualidades

Reconocer y cambiar mis defectos

No serrucharme el piso

Impedir que otra persona me pisoteé

Actuar de acuerdo a mis principios

Decirme cosas bonitas

Seguir trabajando en mi proyecto de vida



Si le a otros le decimos “se lo juro”, ¿por qué no podemos decir “me juro”?